San Rafael Arnaiz, “Hermano Rafael”, hoy me toca hablar un rato contigo y, si fuera posible, enviar el resumen a todos aquellos que les interese.
Primero, ¿cómo vas? ¡Te habrás preocupado de tus hermanos trapenses de Dueñas! Son tiempos raros los que estamos pasando. Yo, ya sabes, como siempre, rellenando papeles que, como no sé mucha informática, me cuesta bastante enviar esos escritos a través de las redes sociales. Además, es peligroso y me da un poco de miedo, tantos datos e ideas navegando sin riguroso control.
“Hermano Rafael”, estos tiempos de pandemia están siendo utilizados por muchos para intentar meternos goles por todas las escuadras: la Ley de la Eutanasia, la Ley de Protección del Menor, la Ley de Memoria Democrática, La Ley de Educación, La Ley de Libertad Sexual, en general todas con tintes de género, exclusivistas, restrictivas y contrarias a la libertad personal y a los sentimientos de una mayoría, excesivamente silenciosa.
“Hermano Rafael”, estamos observando los “movimientos diplomáticos” de la Jerarquías Eclesiásticas, sus vaivenes, algunas veces de dudosa ortodoxia evangélica. También, entre toda esa maraña de Leyes y Decretos, de vez en cuando, intentan solapar realidades poco sociales, con eventos para rememorar personas fallecidas por el Covid’19 o hacer pasamanos a sus familiares (todo cuestión de votos…).
Otras personas intentan poner encima de la “mesa social”, las verdades históricas, la convivencia humana sin ideologías… son personas intelectualmente muy formadas: Victoria Prego, Alfonso Ussía,... Creo, sinceramente, que están haciendo mucho bien.
Tú, en todo esto, dirás: ¿qué sitio está ocupando tu DIOS? ¿Dónde colocamos su ESPERANZA? ¿Y el servicio a los demás? ¿Dónde poder acudir a charlar con ÉL?
Tu DIOS no se ha ido; le están queriendo echar; y, por desgracia, alguna manita están poniendo los que se dicen “creyentes” y sus ”pastores”, también. La mayoría de las Iglesias, permanecen cerradas, con la puerta abierta para poder ver tu imagen desde la distancia. Algunas personas, con sus perritos, se paran a saludarte. Los pequeños animales, ¡qué curioso!, guardan “su silencio respetuoso” y también te miran.
Algunos, muchos, tendríamos que protestar y exigir que nuestros lugares deculto se mantuvieran abiertos… Necesitamos hablar, sentir tu silencio, mirarte … La vida no es sólo telemática… La vida hay que palparla. Esperemos que algún miembro de la Jerarquía reaccione; hoy por hoy, creo sinceramente, tienen un poco de miedo a la oleada anti religiosa que se avecina. ¡Hermano Rafael!, ahora es cuando se puede un comprender lo difícil que es “seguirte”. Parece que todo va en dirección contraria y, aún más, algunos vienen estilo “kamikaze” contra todo lo que lleve tu mensaje.
Las ideologías que quieren llamarse de “izquierdas progresistas y de género” (nombre rimbombante por no tener ideas propias). Hace años la “izquierda democrática y progresista” existía. Era una forma de luchar por la mejora social, basada en determinados parámetros. Se respetaba porque, por lo general, esa izquierda sabía convivir sin menospreciar a los demás. Ejemplo de ello hay muchos Don Joaquín Leguina, Don Nicolas Redondo (padre e hijo), Doña Rosa Díez, Don Marcelino Camacho, Don José María Fidalgo…
Hoy, ya no es así. Para empezar la izquierda es ahora “izquierda generalista”, con cultura rallando la ignorancia, con formación mitinera, sin capacidad de diálogo, creyente del “populismo endiosado”, más rica que el pobre y siempre a la cola del rico. Como ves, “Hermano Rafael”, saltan chispas allá por donde vayas e intentes meter el hocico. Si ves sucesos extraños o inmobiliario urbano destrozado o zonas públicas degradadas, no puedes decir nada; te piden nombre, dirección, contactos…, a los poco días te buscan para “ponerte firme” Si envías cartas a la Jerarquía, opinando sobre temas de convivencia religiosa…, ni te contestan. Sin embargo, si notificas problemas, vía telemática, a la Administración, te contestan, para que te sientas algo, presumas de cartas “oficiales”, pero sin contenido: “gracias por ponerse en contacto con el Departamento…, tenemos en cuenta su escrito”.
¡Qué nos queda, “Hermano Rafael”! La cobardía generalizada, la que asegura su “día a día” con su silencio, el sueño del prudente, siempre con sobresaltos, la vergüenza personal de comprobar la inutilidad de cada una de nuestras vidas.
Por todo ello, hoy, me acordé de TI. Podrías echarnos una mano. Despertarnos del sopor. Recordarnos que sólo si DIOS, aunque sea con nuestras dudas, sólo ÉL puede llenar de sentido el UNIVERSO, la VIDA, toda, la vegetal, la animal y la nuestra. UNIVERSO y VIDA, misterios llenos de FE siempre utilizados según conveniencias personales, pero al final… una única respuesta, TÚ, DIOS.
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