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Derechos de Marruecos sobre el Sahara Occidental

En su lucha por defender el Sáhara Occidental, Marruecos ha empezado a hacer escuchar su voz como en su momento hizo escuchar sus armas
Luis Agüero Wagner
miércoles, 23 de septiembre de 2015, 05:52 h (CET)
Tras décadas de prudente silencio, Marruecos ha empezado en los últimos años a levantar su voz para defender sus derechos sobre el Sáhara Occidental, territorio al que algunos consideran aún dominio colonial, aunque los colonialistas llevan décadas ausentes y solo intervienen a través de su prensa valiéndose del vilipendio.

Entre sus sólidos argumentos, Marruecos recuerda que bajo el reinado de los saadíes (1554-1650), dominó completamente tanto el Sahara occidental como el cinturón del río Níger. Entre los siglos XVI y XVIII la autoridad marroquí se extendió por todo el cinturón del río Níger. En esos tiempos, tanto en Gao como en Timbuktu, las plegarias de los días viernes se realizaban bajo la supervisión del sultán marroquí. El argumento de que la autoridad religiosa no confiere autoridad política puede rebatirse con facilidad comprobando lo mucho que la religión sigue estando presente en estos países y en todo el mundo musulmán.

El sultán Moulay lsmail (1672-1727) designó a los gobernadores de Touat y Teghaza y al emir de Trarza quien era uno de sus vasallos. Hacia finales del siglo XVIII la investidura de este emir estaba bajo la responsabilidad del sultán marroquí.

Quien conoce historia sabe que tanto Argelia como Mauritania son invenciones coloniales y que sus vastos desiertos estuvieron bajo la influencia de Marruecos por siglos. Dado que los límites reales del territorio de Marruecos alcanzaban el río Senegal, de ello se desprende que las tierras más del norte del Sahara eran también marroquíes.

En el siglo XIX, Francia sacó ventaja de la decadencia marroquí; tomó parte del Sahara marroquí y lo anexó a Argelia. A principios del siglo XX, esta tendencia se intensificó y España capturó todo el sur de Marruecos, desde Tarfaya en el norte hasta el territorio francés de Mauritania en el sur.

El 16 de octubre de 1975 la Corte Internacional de Justicia reconoció que en 1884, año en que España comenzó a mostrar interés en esta región, ella no era terra nullius y que las tribus que la habitaban guardaban lazos de lealtad hacia el monarca marroquí. Los distintos poderes europeos reconocían implícitamente esa lealtad hacia Marruecos cuando solicitaban regularmente a las autoridades marroquíes su intervención en casos de marineros náufragos o viajantes hechos prisiones por las tribus locales¹.

En varios incidentes internacionales, registrados durante bien entrado el siglo XIX, aparecieron los derechos marroquíes sobre el Sáhara. En 1889 siete proyectistas alemanes fueron secuestrados por una tribu nómada en Saquia al Hamra y el sultán marroquí intervino para liberarlos, prueba de la autoridad efectiva que se extendía más allá del río Draar.

1Los miembros firmantes de la convención secreta entre Francia e Inglaterra del 5 de agosto de 1890 sostuvieron que los límites de Marruecos se extendían desde Figuig a Cap Blanc (o Lagwira, o Nouadhibou en Mauritania).

Más recientemente, el 20 de noviembre de 1961, se suscribió un acuerdo comercial entre Marruecos y España en la ciudad de Madrid. El artículo 38 de dicho tratado prescribe que: “Si un barco español encallara en las costas de Oued Noun u otro punto de la costa, el sultán de Marruecos utilizará su poder para salvarlo y proteger al capitán y su tripulación hasta su vuelta a su país […]. Los gobernadores del Rey de Marruecos, de hecho, asistirán en sus esfuerzos al Cónsul General de España, al Cónsul y Vicecónsul, al Agente Consular o sus delegados, de acuerdo a las leyes de amistad.”

En el pasado se han firmado muchos acuerdos bilaterales y, en particular, el de 1799 cuyos términos permitieron a España obtener ayuda del sultán para proteger a las tripulaciones que abandonaban las naves en parte de la costa de Oued Noun y “más allá”. Gracias a este tratado, España reconoció que toda la costa occidental del Sahara dependía de Marruecos en virtud de solicitar al estado marroquí garantizar la seguridad de las víctimas de los naufragios que pudiera alcanzar esas costas. Al oponerse a la presencia francesa en Saquia el Hamra y Oued ed Dahab, también Londres justificó su oposición al interponer el argumento que toda esa región pertenecía Marruecos.

Si miramos la historia más reciente, a través de las filtraciones de Wikileaks pudimos enterarnos que ningún país serio del mundo, ni Estados Unidos, ni Francia ni España, considera viable la opción del POLISARIO.

Vale decir, las cartas en ese territorio están echadas y bien harían los separatistas en sentarse a negociar todas las ventajas que puedan obtener a través del Plan de Autonomía que Marruecos, generosamente, les ofrece en su territorio sobre el que ejerce legítima posesión en el Sáhara Occidental.

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