Esta novela tiene todos los componentes para ser no solo de amena lectura, sino para ser muy apropiada para tiempos de crisis como los que vivimos en los que la continua vorágine de noticias a cual más negativa y deprimente, Y esto es así porque reúne todos los condimentos para hacer inolvidable su lectura. Un fino humor, profunda humanidad de sus personajes y una empatía que flota en toda la narración haciendo que la historia, sencilla en sí misma, tome una mayor profundidad de calado en la memoria del lector.
El autor es Reginald Arkell (1822-1959) novelista y guionista cómico británico que escribió muchas obras musicales para el teatro británico. En esta novela de su autoría cuenta la historia de un niño de condición humilde, apasionado de las flores y solitario, que una vez pudo participar en un concurso floral provincial en el que resultó ganador con un ramo de flores silvestres, porque la presidente del jurado valoró su trabajo y la excelencia de su composición floral y le ofreció un puesto de ayudante de jardinero en su propio jardín del que era jardinero jefe, de la señora Charteris, el señor Adriss, un circunspecto jardinero victoriano.
El niño protagonista de la narración, Herbert Pinnegar, inicia la novela con sus reflexiones cuando ya es un anciano y está retirado en la casa cercana al jardín en el que llegó a ser jardinero jefe y uno de los expertos florales más reputado del país.
Recuerdos de un jardinero inglés es una historia tradicional en todos los sentidos, en cuanto a la historia narrada y a la forma de contarla que sigue un tiempo narrativo lineal, sin saltos temporales, porque su finalidad es la de contar una historia sencilla en la que el amor a la Naturaleza, unido al esfuerzo, el trabajo arduo y la tenacidad puestas al servicio de una vocación, consiguen crear un paraíso personal, alejado de todo lo que no sea la propia Naturaleza que ofrece toda su belleza dominada y perfilada por el hombre que crea, en el espacio cerrado de un jardín, un mundo propio y privado tan cambiante, dependiente de las estaciones. exigente pero siempre generoso en sus dádivas.
Todo en la obra es sencillo, natural y auténtico como la propia Naturaleza que rodea la vida del protagonista. La novela tiene una escritura también sencilla, por lo que la obra presenta un fondo y una forma que se complementan a la perfección. Es la demostración de cómo se va formando el hábitat, el mundo de un personaje coherente, digno y entrañable que gana las simpatías de los lectores porque todo en él habla de autenticidad, de dignidad y nobleza Pinnegar, el protagonista, es un hombre tímido, introvertido y que siente un profundo amor por su oficio del que se siente orgulloso. El autor de la novela, que era un apasionado de la jardinería, parece estar inspirado en el mundo de Dickens, pero avanzando en el tiempo hasta la época eduardina y posterior a la II Guerra Mundial, Es en esa época en la que se produce el final de la posesión de la tierra en manos de la alta burguesía que vive de las rentas y el paso a la industrialización y las emergentes clases enriquecidas por dicho motivo. Tiempo de nostalgia del pasado en el que las cosas eran como debían ser, en contraposición a esos años después del conflicto bélico que ha dejado hondas huellas en el ánimo de todos que atenazan con el doloroso recuerdo de la tragedia bélica y sume a los ciudadanos en la más absoluta inseguridad y en la angustia, caldo de cultivo para la aparición del movimiento existencialista. Recuerdos de un jardinero inglés es, sin duda alguna, una novela de muy recomendable lectura, pues es como un soplo de aire fresco que elimina la toxicidad de un ambiente cargado en el que la llamada civilización, la técnica y lo artificial han ganado la partida y aplastan con su peso la vida de cualquier ser humano atrapado en la vorágine de una sociedad que ha dado la espalda a la vida natural y sencilla en la que cada persona únicamente se puede reencontrar y reconocer.
Traducción de Ángeles de los Santos Editorial Periférica, 2020 224 páginas.
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