Creo que hay más gente que escribe y envía WhatsApp que gente que mande una carta y menos que se lea un par de folios. Quizás por eso los periódicos de papel tienen muros que exigen pagar para poder leer un artículo. Si pasamos por los kioscos, donde hace algún tiempo exhibían desde primeras horas de la mañana grandes cantidades de prensa escrita, ahora solo se exhiben unos pocos ejemplares. Me dicen que ahora se pueden leer muchas noticias de actualidad gratis en el ordenador y ello es cierto, aunque hay que reconocer que la mayor parte de lo que nos llega resulta cansino y repetitivo y si escuchamos la televisión pasa lo mismo y ni siquiera se diferencian por ser de izquierdas o derechas, aunque se hable de democracia.
Para ver un día sí y otro también el número de contagiados y fallecidos o las vacunas puestas no merece la pena sintonizar ninguna cadena. Ahora el volcán de la isla de La Palma ha introducido un elemento novedoso que suscita nuestro interés. ¿Hasta dónde llegará la lava? ¿cuándo cesará? Y oír a técnicos de una cosa o de otra explicar en todas las cadenas las mismas cosas. No digamos nada de la infumable política. Por mi parte si veo aparecer al presidente cambio de canal, aunque termine viendo alguna película que ya vi de joven y aproveche la ocasión para echar un sueñecito.
Frente a las noticias escritas o televisadas resultan más frescos y divertidos los WhatsApp que me envían los amigos. Confieso que solo reenvío los que lo merecen, a mi parecer. También hay otra plaga de personas y entidades que piden tu firma para presionar a algún organismo, aunque a veces firmo, nadie me dice casi nunca si la recogida de firmas en cuestión ha servido para algo.
Además de los periódicos con muro hay otras publicaciones, vía internet, sin duda meritorias pero que te invitan de forma permanente a suscribirte con alguna módica cantidad. Si los artículos que ofrece valen la pena y veo que no tienen publicidad he suscrito varias, pero si atendiera todos los requerimientos que recibo me dejarían en nada mi pensión ¡qué cualquiera sabe hasta cuando me la seguirán pagando o al menos actualizando!
Recuerdo cuando iba con mi padre a la barbería del barrio que era el único sitio con aparato de radio para “oír el parte” que redactaban destacados miembros del movimiento nacional y se daban noticias de la guerra europea o del desembarco de Normandía y aquello de la “pertinaz sequía” que decía Franco.
Después pasamos a vivir en otra casa y ya teníamos aparato de radio. Cuando se terminaba la emisión buscábamos “Radio España Independiente-estación pirinaica”. Luego nos enteramos que ni era independiente ni estaba en el Pirineo sino en Rumania o algún otro país comunista desde donde hablaba Santiago Carrillo.
Cada vez que íbamos al cine veíamos el NODO donde se daban las noticias que convenían al Régimen. Simultaneamos el aparato de radio con la televisión donde vimos cosas estupendas y que terminaba al filo de la medianoche con “el alma se serena” y la familia telerín cantando lo de “vamos a la cama que hay que descansar…”
En otra ocasión recordaré personajes y películas estupendas que vi en la tele. Está sonando el móvil. Será algún WhatsApp o algún mensaje para que me suscriba al fútbol.
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