Corren tiempos muy tristes para nuestros jóvenes, a pesar de que la mayoría (salvo excepciones) tienen una buena preparación para poder encarar el futuro con la esperanza de iniciar una vida laboral digna, acorde con los tiempos. Cierto es, que las autoridades académicas en nuestro país, cada vez más politizadas (y con la mirada y las leyes apuntando descaradamente hacia el comunismo más radical) no contribuyen a que se alcance el nivel óptimo necesario para protagonizar junto a los demás países europeos el último esfuerzo para salir del “bache” en el que nos encontramos.
Pues bien, a pesar de que la cosa está muy clara para algunos líderes europeos, en España nos topamos con el cateto, plagiador y embustero de Sánchez que solo sabe hacer publicidad barata y engañar a todos con el único fin de permanecer en La Moncloa. ¿Y qué se le ocurre? Pues, lo mismo que a Zapatero, lo mismo de siempre. Tomar decisiones, sin escuchar a nadie, mediante las cuales “se lleve al huerto” a los que más necesidades tienen. En esta ocasión se ha despachado con una “limosnita” de risa. Y como ha despedido a Redondo, él solito habrá pensado: a estos jóvenes los “apaño” yo con 250 euros mensuales durante dos años y automáticamente me encuentro con sus votos para las próximas elecciones.
Pero yo creo que esta vez, el cateto, se equivoca de parte a parte. Me explico: ¿De verdad piensa que los jóvenes estarán contentos con tan paupérrima limosna de un presidente de gobierno? ¿Es que cree este plagiador que, a un licenciado, a un graduado, o a un especialista profesional se le puede ofender de tal manera? Porque es una verdadera ofensa que, en lugar de crear puestos de trabajo para encarar la vida, vaya repartiendo limosnitas como si estuviéramos en el tercer mundo. Muy negro tendrá que ver el futuro este embustero, para ir ofendiendo a nuestros jóvenes de esta manera. Otro día hablaré de los 400 euros para la cultura.
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