Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Idiomas | Español | anglicismo | Lengua española

El rayo que no cesa

Colocar un anglicismo -u otra expresión en otra lengua- tiene doble castigo. Uno y principal: el de despreciar lo nuestro; y dos: el de regalar una oportunidad “al contrario”
Gabriel Muñoz Cascos
jueves, 18 de noviembre de 2021, 08:04 h (CET)

No voy a escribir sobre los fenómenos atmosféricos, aunque para ello habría suficiente materia a la vista del panorama que tenemos delante de nuestras narices. Pero, una vez más, quiero referirme al acoso constante y permanente que padece el español, nuestro bello idioma, y no solo de nacionalistas de “poco pelo” sino de adolescentes presumidos, de políticos estúpidos y periodistas aparentemente serios que, a poco que les den ocasión, emplean una expresión en otro idioma, para darse “pote”; sin considerar que al “colocar” un anglicismo -u otra expresión en otra lengua- tiene doble castigo. Uno y principal: el de despreciar “lo nuestro”; y dos: el de regalar una oportunidad “al contrario”. 


Empleando un símil futbolístico es como si un defensa, mediante una pifia, introduce el balón en su propia portería, en lugar de alejarlo de ella con contundencia. Ejemplos tenemos cada día y, la verdad, no comprendo que una cuestión tan importante se trate con tanta frivolidad y desidia. 


Voy a referir uno que descubrí hace unos días en un diario cordobés la siguiente noticia: “En Córdoba se van a crear varios hoteles de alto standing”. Señores informadores ¿no sería mejor decir hoteles de lujo que es como se han denominado siempre? ¿O es que temen -por algo- usar una palabra tan común y musical como lujo? 


Estoy harto de que me inunden los oídos o me hieran los ojos con parlamentos o escritos que contengan la palabra “fake” (por falso) o que terminen en ING. También de que prostituyan nuestro rico idioma con veleidades de carácter separatista, como en Cataluña que ya tienen prácticamente prohibido el español, a pesar de que nuestra Constitución (Art. 3.1) les obliga a conocerlo. Si los catalanes quieren escribir Girona en vez de Gerona, allá ellos, pero es una aberración que nuestros escritores, periodistas, políticos y locutores, se bajen los pantalones y no pronuncien como Dios manda. Si se escribe Girona, fonéticamente es Jirona y no Llirona.

Como última reflexión me pregunto: ¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo tan papanatas?

Noticias relacionadas

Cuando Zapatero dejó de proteger a unos cuantos de “su club de la ceja” ocurrieron cosas como que Joaquín Sabina –ese cantante rojo confeso y vividor fiel y multimillonario que ningún padre querría para su hija– estuvo en el punto de mira de Hacienda por un presunto fraude fiscal. «¿Tú también?», se preguntó en ese momento la izquierda progre. Y no sólo él, también estuvieron señalados otros como Serrat, J.J. Vázquez o Bardem...

El cristianismo posee una influencia filosófica derivada del platonismo y el aristotelismo y también del neoplatonismo. Si pensamos, por ejemplo, en teólogos y filósofos de la categoría de San Agustín y Santo Tomás de Aquino. La doctrina cristiana se expresa además como la manifestación de la inquietud del corazón humano o, lo que es lo mismo, como señal de su vocación al infinito.

El miedo es un cúmulo de sensaciones bruscas y ásperas, provocadas por una inminente amenaza que todos los humanos, unos más que otros, tenemos una aversión enorme, y cuando vemos el peligro, nos retiene en nuestros sentidos todas estas sensaciones, una desconfianza enorme y difícil de descifrar, dejándonos aturdidos y confundidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto