Hoy, hace 18 años, una niña, hoy mujer, abrió sus ojazos a una nueva familia. Su carita de asombro quiso ocultarla abrazada a su “mamá”, a su nueva “mamá de corazón”. Hoy, aquella niña, universitaria llena de ilusiones, SONRÍE. Hoy, aquella “mamá de corazón”, junto a su “papa de corazón”, también SONRÍEN. Hoy, una nueva “hermanita de corazón”, SALTA, sonriendo, A SU ALREDEDOR.
Los regalos no suelen encontrarse, más bien se van mereciendo. Padres ilusionados en DAR lo mejor de sí mismos, se embarcan, camino de misteriosa esperanza, en busca de aquel don, regalo y compromiso vital. La espera se alarga… los nervios aparecen… el miedo a lo desconocido aterra… Las manos se entrecruzan… Se abre una pequeña puerta… ¡¡Padres de…!!... Lágrimas… miradas… abrazos… ¡¡NUESTRA NIÑA!!
Días de asueto por la gran China… Biberones temblorosos… Parejas españolas, unidas por la felicidad de lo alcanzado, hablan y hablan… sonríen… ¡APRENDEN!... DIECIOCHO AÑOS de familia… de comprensión… de ofuscaciones… de aprendizaje… de superación… de CARIÑO y MUCHA CONVIVENCIA…
Todas aquellas familias, hoy, cogen sus móviles y envían mensajes de GRATITUD… El tiempo ha pasado deprisa… SONRIEN y LÁGRIMAS DE AGRADECIMIENTO empañan sus ojos.
Quizás la infancia vuela como las aves, alas al viento en busca de ilusiones soñadas. Quizás la infancia lleva nombre de mujer, porque significa compromiso creador. Quizás tu infancia ha pasado tan rápido, porque tus “sueños” siguen vivos al amanecer. Quizás, no lo olvides, tu infancia quiere eternizarse en tu juventud.
Has sido para todos un sueño, una ilusión, una flor… Ahora, mayor de edad para la sociedad, sólo deseamos que sigas siendo FLOR. Una FLOR que el viento agite pero no doblegue. Una FLOR que, herida por la espina, siga sonriendo. Una FLOR sencilla, acogedora, alegre en la tristeza. Una FLOR, adorno permanente en tu caminar.
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