Los polvorones son, junto al turrón y el mazapán, los dulces más emblemáticos de la Navidad en España y aunque actualmente en las mesas de estas fechas encontremos incontables productos que poco tienen que ver con nuestra tradición, los polvorones y mantecados siempre encuentran un hueco todas las celebraciones. Si quieres saber un poco más acerca de su origen, elaboración y cuáles son los que más nos gustan, sigue leyendo.
Los polvorones son un ejemplo magnífico de cómo con sólo cuatro humildes ingredientes es posible conseguir un producto prácticamente perfecto. Tanto es así que lo consumimos sin apenas variaciones desde hace unos quinientos años. “Es sencillísimo, sólo cuatro ingredientes: azúcar, manteca de cerdo, harina y almendras. Se amasa todo junto, un toque de horno y listo” nos dice Moncho López de Levadura madre OrganicBakery cuando le preguntamos acerca de los polvorones.
¿De Estepa o de Antequera?
Desde hace más de un siglo, la localidad sevillana de Estepa y la malagueña de Antequera se disputan el origen del polvorón, y a pesar de una encarnizada batalla entre ellas parece que nadie ha sido capaz de refutar que la primera receta escrita de polvorones y mantecados de la que se tiene constancia es de 1740 en Morón de la Frontera.
Se sabe también que ya en el siglo XVIII, en el Monasterio de Santa Clara de Jesús, en Estepa, se elaboraban polvorones, pero no sería hasta el siglo XIX cuando su consumo se extendiera más allá de Sevilla y su provincia gracias a la mujer de un transportista que se decidió a vender los polvorones y mantecados que preparaba en casa. Para hacer los dulces menos frágiles y delicados añadió unos minutos de horno al proceso para crear una ligera corteza seca en el exterior de modo que aguantaran los viajes.
¿Por qué se venden envueltos?
“Distinguir un buen polvorón es fácil porque tiene un inequívoco olor a almendra y canela y si lo coges aprietas se desmenuza fácilmente ya que sus ingredientes están muy molidos hechos polvo, de ahí el nombre, y eso hace que no aguanten la presión, pero si los juntas rápidamente se vuelven a unir. Esta fragilidad es la que hace que siempre, los polvorones se hayan vendido envueltos” concluye Moncho.
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