"Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro“, Groucho Marx.
De vez en cuando, como para aliviar las penas comunes, las miserias que a veces nos ahogan, llega una noticia importante. Y ayer nos ha caído como si fuera del cielo que, con esto de los encerramientos de cientos de miles de personas, el placer de leer ha aumentado algo así como un quince por ciento. Escribo que es buena noticia porque un pueblo que no lee nunca podrá ser próspero y rico y un poco menos alborotador y escandaloso.
Escribo que es buena noticia para la sociedad en su conjunto, pero, cuidado, que no para todos es recibida con alegría el aumento de la lectura. Con esto me refiero a esa panda de políticos ultraconservadores y horteras, mentirosos de la nada apoyados por esos voceros del pesebre de la palabra escrita falsificada. Estos, temblarán en corro y comentarán que un pueblo que lee la buena literatura escrita. Piensa, luego existe y critica con juicio y libertad como señala Don Quijote a su escudero Sancho.
España reboza de escuderos alienados que no leen y son masa uniforme que manipulada por los manipuladores al servicio del conservadurismo a ultranza como es el caso de cazador Casado. Y LS la Ayuso y sus abusos, que cada día que pasa nos revienta los oídos con su demagogia gritona de una ignorante de filibustero de ignorancia voluntaria, como arma arrojadiza para soñadora de poder alcanzar la jefatura de jefe de Estado. Recordando que Hitler inició su “Kamp” particular siendo sargento y mediocre pintor.
Conocida es la frase que “el mejor amigo del hombre es el perro”. Yo me permito asegurar que la mejor compañía para espantar a la soledad a la vez que elevar la formación de la persona, es tener como vocación voluntaria un libro abierto entre las manos en la tranquilidad de los atardeceres. La noche donde el sueño se niega ofrecer el merecido descanso.
Si tú supieras niña bonita, como me llora el esqueleto después de tantos años, ocultando el luto de lo que anunciamos. Pero la palabra literaria desnuda sobrevive con toda su fragancia del impulso creativo. Pero nada de tanta joya literaria lograda con los años podrán ametrallar el ingenio de Cervantes. Y García Márquez volverá a ver nevar una noche en Paris al salir de una charla sobre literatura. Ni ninguna tropa derribará con los tanques la Catedral de Vargas Llosa. Nadie impedirá que el viejo y el mar hablen con Hemingway sobre los tiburones. La buena lectura es un mundo mágico que nunca traiciona en esta inhóspita sociedad.
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