Todos esperábamos que el año 2021 iba a ser el de la liberación de la pandemia. El grupo de inexpertos, que nos han estado machacando con sus falsos augurios desde marzo del 2020, ha conseguido ilusionarnos y defraudarnos a partes iguales ante su incapacidad de trazarnos un futuro esperanzador y con datos fidedignos. No han acertado ni una. Para colmo el año meteorológico nos ha “regalado” la mayor tempestad de nieve que puedo recordar bajo el nombre de borrasca “Filomena”. Sucedió en primero de enero del 21. Después… inundaciones, pueblos arrasados por las aguas, etc. El añito también nos trajo el mayor incendio que ha padecido Andalucía a lo largo de su historia en la sierra Bermeja malacitana. Cuando habíamos salido de Guatemala… nos metimos en Guatelpeor. El interior de la tierra se mosqueó y saco sus fauces por la “isla bonita”. La isla de la Palma se convirtió en la chimenea del orbe y estuvo escupiendo fuego y lava durante 85 días. Se llevó por delante los hogares y los campos de miles de hermanos canarios que, gracias a Dios, por fin han podido volver a respirar sin humos. Como remate hemos terminado el año con el precio de la luz asequible. ¡Ja, ja! ¿Qué nos deparará el 2022? Espero que todo vaya a mejor; porque peor no puede ir. Nos estarán poniendo vacunas hasta que el bicho se canse y muera de aburrimiento. Nosotros tiraremos del “agua y del ajo” para seguir superviviendo y volveremos al candil y la copa de cisco para calentarnos. ¿Cuál es mi buena noticia de hoy? Que podemos contarlo. Que vivimos en la tierra más maravillosa del mundo. El resto de los mortales que no han tenido la suerte de vivir en el paraíso privado que tenemos en Málaga se está dando cuenta de este hecho. Por eso hemos sido la provincia que más ha crecido a lo largo de la pandemia. El periódico Sur de hoy recoge la noticia de que hemos engrosado con 17.247 el número de habitantes en Málaga desde marzo del 2020 hasta el día de hoy. Aquí caben todos. El 2022 nace con sueños de esperanza. Si pillamos el bicho lo vamos a hacer en forma de “resfriado distinto” y el oleaje de pandemias amainará. La última ola habría sido capaz de hundir el Titanic. Vaya con Dios. Espero que el año 22 nos ponga la plaza de la vida “abarrotá”. Como diría “el pulga”. Definitivamente. El año 2021 ha sido un año de m…
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