No he colocado a España en primer lugar, porque sea más importante que Ucrania, sino porque las acciones que voy a referir son más antiguas. Ambas naciones, cada una en su momento, han sido invadidas por un enemigo muy superior en armamento, y soldados con mayor efectividad y preparación militar que el pueblo al que han intentado sojuzgar. Ninguna de ellas ha inclinado la cerviz ante el tirano, sino que han reaccionado como un solo hombre peleando como bravos para expulsar al usurpador. España, por la traición de un rey felón, llamado Fernando VII, fue entregada al corso Napoleón quien, con el propósito de que invadiría Portugal, asentó sus tropas en nuestra Patria, sin contar con el permiso de los españoles, pero sí lo tenía de muchos de nuestros traidores gobernantes, sin embargo no contó con que el pueblo español, los simples ciudadanos que en su vida habían empuñado un arma, reaccionaría con tal arrojo y bravura que los famosos dragones napoleónicos, y los invencibles soldados que habían conquistado el resto de Europa, tuvieron que huir de España con el rabo entra las piernas. Cada hombre, cada mujer, cada cura, cada bandolero, cada trabucaire, eran temibles cuando se enfrentaban con los “gabachos” (este fue el nombre que se le dio a los invasores). Las navajas insertas en la liga de las hispanas causaron tantos estragos entre los napoleónicos que no eran capaces de andar con ellas. Agustina de Aragón María Pita, cada una en su momento, y otras tantas son ejemplos para imitar de la bravura de nuestras mujeres. No podemos olvidar que la guerra de guerrillas es una forma de combatir ideada y practicada por los hispanos. Adolf Hitler de dijo a sus generales cuando le propusieron invadir España: “Ni hablar. Los españoles gobernaron una vez el mundo, es el único pueblo mediterráneo verdaderamente valiente, organizarían guerrillas en nuestra retaguardia. Precisamente Napoleón llegó a decir: “Si queremos dominar al mundo, antes debemos anexionarnos a los vecinos del sur, su arrojo y voluntad nos dará la victoria que necesitamos”. El General alemán Josef “Seep” Dietrich (general de las Waffen-SS- de Hitler): Cuando veáis a un soldado desaliñado, indisciplinado y sin afeitar, cuadraos ante él. Es un héroe español. De igual manera han reaccionado los ucranianos, cada hombre, cada mujer, cada anciano, sin edad para ello, se han convertido en fieros soldados, aunque nunca hayan empuñado un arma, para rechazar la invasión a que ha sido sometida su patria, por la megalomanía de un tarado mental, con ansias de poder. Las mujeres espartanas, cuando enviaban a sus hombres a la guerra, al entregarle el escudo, le decían: “Vuelve con él, o sobre él”. En el primer caso regresaba vivo, en el segundo cadáver. Caso parecido están haciendo las ucranianas. Ponen a sus hijos a salvo en Polonia u otros países limítrofes y regresan con sus maridos para prestarle su apoyo y fomentar su valentía. No son guerreros, ni militares de profesión, solamente se trata de personas que no van a consentir que pisoteen su tierra y como leones, al igual que los hispanos de Empel, han salido en tropel a luchar contra el invasor. Dignos son del mayor de los loores, ya que su lucha es equiparable a la de un pigmeo contra un gigante, pero lo que les falta en medios de combate lo suplen con su bravura, arrojo y valentía.
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