“La demostrada presencia de receptores hormonales para la vitamina D en células y tejidos relacionados con la fertilidad humana como el hipotálamo y la hipófisis, el ovario, el útero, la tiroides, así como la placenta y el saco vitelino, el músculo embrionario entre muchos otros, el propio ovocito, el trofoblasto, el hígado fetal, el esqueleto fetal… hacen imprescindible la función de la vitamina D en la adecuada capacidad para concebir”, explica el doctor José Luis Neyro, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Cruces de Bilbao, en el marco de las XIX Jornadas Nacionales HM Gabinete Velázquez, celebradas en Madrid.
En concreto, un reciente metaanálisis ha demostrado una alta prevalencia de deficiencia de hormona D entre mujeres que se someten a un tratamiento de fecundación in vitro (FIV): el 33,7% se clasificó como deficiente, el 38,5% como insuficiente y solo el 27,8% como suficiente, es decir, aproximadamente, una de cada cuatro pacientes tiene niveles subóptimos. “En paralelo, existe evidencia clínica de que los niveles más bajos de 25-OH Vitamina D en el líquido folicular (LF) se asocian con tasas más bajas de calidad embrionaria, fertilización, implantación y embarazo clínico. Y esos bajos niveles en líquido folicular correlacionan directamente con los niveles plasmáticos de 25-OH Vitamina D”, especifica el doctor Neyro. En una charla a dos bandas entre el especialista en Ginecología y el Dr. Esteban Jódar, jefe del Departamento de Endocrinología y Nutrición Clínica en Quirónsalud Madrid, el Dr. Neyro ha incidido en que también la salud reproductiva del hombre se ve afectada ante unos niveles bajos de 25-OH Vitamina D ya que cuenta con presencia de receptores hormonales para esta vitamina en células y tejidos de los testículos o la próstata. A lo largo del encuentro, los dos especialistas han dado una visión integral de la función del sistema endocrino de la vitamina D en los múltiples tejidos sobre los que actúa “a través de la regulación de hasta un total del 3% de todos los genes de nuestra especie”, concreta el Dr. Neyro. De ahí se deriva la relevancia en la salud humana de forma transversal a cualquier edad, sexo o condición. “Seguimos viendo a la mal denominada vitamina D como una vitamina y no como un sistema hormonal del que el ser humano suele ser deficitario”, advierte el Dr. Jódar, quien continúa: “Más allá de su intervención en el metabolismo mineral, el sistema endocrino de la vitamina D tiene múltiples implicaciones sobre el control de la presión arterial, la sensibilidad y la secreción de insulina, el riesgo de ciertos tumores o sobre el aparato reproductor tanto en hombres como en mujeres”. En el caso específico de la mujer, los especialistas reconocen que su sistema endocrino de la vitamina D presenta ciertas peculiaridades: “El abanico de posibles efectos de hipovitaminosis D es más amplio en mujeres por las particularidades de la propia regulación hormonal femenina, que es única”, comenta el Dr. Jódar. En este sentido, si bien la hormona D es susceptible de ser fabricada en el propio organismo con la participación de distintos órganos como la piel, el hígado y el riñón, “al igual que sucede con otras hormonas esteroideas, durante la transición menopáusica de la mujer se produce un descenso gradual y continuado en la capacidad del organismo de secretar y producir suficientes cantidades de vitamina D. Esto explica la enorme prevalencia del déficit o la insuficiencia de la 25-OH vitamina D entre la población femenina en la transición menopáusica”, concluye el Dr. Neyro. Foco en la suplementación ante los casos de déficit de hormona D
La relación entre unos niveles deficitarios de 25-OH vitamina D y la infertilidad, tanto masculina como femenina, queda reflejada en la actualización del último documento de “Recomendaciones de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM) en la prevención y tratamiento del déficit de vitamina D”. Este documento también expone cómo la deficiencia funcional del sistema endocrino de la vitamina D (SEVD) se asocia no solo con raquitismo, osteomalacia y osteoporosis, sino también con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, inmunológicas, dermatológicas, metabólicas, depresión, infecciones, cáncer, COVID-19, entre otros. Actualmente, para el tratamiento de la deficiencia de 25-hidroxivitamina D se dispone de diferentes metabolitos del SEVD, calcifediol y colecalciferol para patologías carenciales. Los metabolitos disponibles son diferentes, tanto en la vida media como en la potencia para aumentar los niveles plasmáticos de 25-hidroxivitamina D y la rapidez de acción. Así, el calcifediol tiene un tiempo de vida media más corto, es 3-6 veces más potente, y tiene mayor rapidez de acción que colecalciferol en el tratamiento del déficit de vitamina D.
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