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Las vitaminas se han convertido en objeto de controversia por el verdadero papel que desempeñan en el cuerpo humano, mientras que la sociedad cada vez se toma más en serio la persecución de sus niveles óptimos por su posible influencia en la prevención o la formación de enfermedades. Y si hay una vitamina que destaca entre todas, esa es la D, una de las más enigmáticas para la ciencia por la ausencia de evidencias sobre su papel real en el cuerpo humano.
La osteoporosis es un problema de salud muy importante a nivel mundial. En las personas que la sufren se produce una reducción en la cantidad y calidad estructural del hueso que condiciona la fragilidad y tendencia a la fractura. En España se producen unas 25.000 fracturas al año a causa de la osteoporosis. Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida, de acuerdo con el estudio EPISER.
Cada vez existe una mayor evidencia sobre los efectos del sistema endocrino de la vitamina D (SEVD) en los pacientes con dolor crónico. Diversas investigaciones han reflejado el gran impacto negativo que la deficiencia de vitamina D podría tener en los pacientes con dolor crónico, por su acción en tejidos como el sistema nervioso central, el sistema endocrino, el sistema inmune, y la protección frente a enfermedades autoinmunes o inflamatorias, entre otros aspectos.
Según la Sociedad Española de Gastroentoloría Pediátrica Hepatología y Nutrición, una gran cantidad de niños y adolescentes europeos presentan déficit de vitamina D. Esta vitamina es una molécula imprescindible para el desarrollo y funcionamiento de nuestro organismo, especialmente durante los primeros años de vida. Además, es liposoluble y se sintetiza en la piel gracias a la acción de la luz solar y se puede obtener además en menor cantidad a través de los alimentos.
En nuestra vida diaria, es común enfrentarnos a la fatiga y la falta de energía. Estas sensaciones pueden afectar a nuestra productividad y calidad de vida en general. Para aquellos que practican deportes o realizan actividades físicas intensas, la necesidad de un impulso adicional de fuerza y energía es aún más evidente.
El sistema endocrino de la vitamina D tiene receptores en un gran número de tejidos y órganos. El correcto funcionamiento del sistema cardiovascular, con el corazón y los vasos sanguíneos como órganos fundamentales, parece estar relacionado con unos buenos niveles séricos de 25-hidroxivitamina D.
Destapa tu piel. Toma el sol. Cuida tu alimentación. ¿Qué tienen en común estos consejos? Que te ayudarán a sintetizar vitamina D. No es un tema menor: la mayor parte de la población mundial sufre deficiencia o insuficiencia de esta vitamina y empieza a considerarse un problema de salud pública.
Nuevos ensayos confirman la importancia de tener niveles adecuados de vitamina D tanto en personas enfermas que padecen distintas patologías, como en población sana. Esta es la principal conclusión de la tercera edición del Annual Review of Congresses (ARC) en Vitamina D, una iniciativa en la que se dieron cita 325 especialistas.
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Biotecnología de Células Troncales y Organoides del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) estudian en 'minipulmones' humanos generados en laboratorio la eficacia de análogos de la vitamina D contra la fibrosis. Los resultados de esta investigación acaban de publicarse en la revista ' International Journal of Molecular Sciences'.
“La demostrada presencia de receptores hormonales para la vitamina D en células y tejidos relacionados con la fertilidad humana como el hipotálamo y la hipófisis, el ovario, el útero, la tiroides, así como la placenta y el saco vitelino, el músculo embrionario entre muchos otros, el propio ovocito, el trofoblasto, el hígado fetal, el esqueleto fetal… hacen imprescindible la función de la vitamina D en la adecuada capacidad para concebir”.
La vitamina D es un micronutriente esencial que se absorbe en un 90% a partir de la luz solar (el 10% restante a través de la alimentación) y, además de tener un rol fundamental en el sistema inmunitario, también es clave para la fertilidad.
Además de los estudios de asociación, -apunta el especialista- ha habido otros de intervención que han demostrado un efecto discretamente beneficioso de la suplementación con vitamina D, propiamente dicha, pero sobre todo con el tratamiento de calcifediol (un metabolito del sistema endocrino de la vitamina D) en la evolución de los pacientes infectados por la COVID-19.
Ya son muchos los días que no salimos a la calle, o lo hacemos en contadas ocasiones, las consecuencias de varias semanas de confinamiento se están dejando sentir entre nosotros. Echamos de menos los rayos de sol, no hay duda.
España es el primer país de Europa en número de tratamientos de reproducción asistida y tercero a nivel global, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad. En concreto, según estas cifras, se estima que en nuestro país existen entre un 15% y un 20% de parejas en edad reproductiva (unas 800.000 personas menores de 40 años) que tienen dificultades para tener hijos.
España es uno de los países europeos donde se disfruta de más horas de sol al día. No obstante, recientes estudios médicos revelan que más del 40% de los españoles menores de 65 años y más del 80% de la población sénior sufren déficit de vitamina D.
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