En los últimos años, especialmente tras el confinamiento por la pandemia, el teletrabajo se ha ido consolidando en una gran parte de los entornos laborales, sobre todo en los de oficina. Sin embargo, una de las mayores desventajas de trabajar desde casa es la significativa reducción de la exposición a la luz solar, lo que impacta directamente en los niveles de Vitamina D3 en el organismo. Esta vitamina, fundamental para el desarrollo y el buen funcionamiento del cuerpo, se sintetiza principalmente a través de la piel cuando esta se expone a la radiación ultravioleta del sol.

El 40% de la población española menor de 65 años tiene niveles bajos de vitamina D1. “Este dato puede parecer sorprendente, sobre todo considerando que España es un país soleado, y resulta preocupante porque esta vitamina cumple funciones esenciales en el cuerpo, mucho más allá de la salud ósea. Interviene en la modulación del sistema inmune, en los trastornos del estado de ánimo, en la fortaleza y resistencia muscular, y se relaciona con algunas enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión, problemas cardiovasculares y algunas enfermedades autoinmunes”, explica la Dra. Ana I. Ortiz, gerente del área de Salud del Grupo Farmasierra.
Y es que a pesar de que esta vitamina la obtenemos fundamentalmente a través de la incidencia de la luz solar y en un porcentaje mucho menor a través de la alimentación, los niveles adecuados no siempre están garantizados, lo que hace que su suplementación sea una alternativa necesaria y efectiva para muchas personas. En un contexto donde el teletrabajo puede conllevar un estilo de vida más sedentario y una menor exposición a la luz solar, mantener una cantidad suficiente de vitamina D3 es una cuestión clave.
También conocida como colecalciferol, la vitamina D3 es crucial para mantener la salud ósea, muscular y nerviosa, y desempeña un papel fundamental en el fortalecimiento del sistema inmunitario. Una de sus funciones principales es facilitar la absorción de calcio en el intestino, permitiendo que este mineral clave se fije en los huesos y contribuya a su fortalecimiento. “Además, ayuda a mantener el buen funcionamiento de los músculos, evitando dolencias asociadas a su deficiencia, como la debilidad muscular que en personas mayores puede aumentar el riesgo de caídas, fracturas y la consiguiente pérdida de autonomía, y del sistema nervioso (depresión, fatiga crónica y trastornos del estado de ánimo), comenta la Dra. Ortiz. Otro beneficio destacado de esta vitamina es su impacto positivo en el sistema inmunitario, ayudando así al organismo a defenderse mejor contra infecciones y enfermedades.
A pesar de la síntesis natural de vitamina D3 mediante la exposición solar, -la principal fuente de vitamina D para nuestro organismo-, también es posible obtener este nutriente a través de ciertos alimentos, como pescados grasos, yema de huevo y productos fortificados, alimentos que no se consumen en grandes cantidades de forma generalizada. No obstante, la dieta por sí sola no es suficiente para alcanzar los niveles óptimos de vitamina D en el cuerpo, especialmente para aquellas personas que pasan gran parte del día en interiores debido al teletrabajo, estudio e incluso al ocio.
La vitamina D3, la mejor opción para quienes permanecen mucho tiempo en espacios interiores.
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