La Guardia Civil fue creada durante el reinado de Isabel II gracias al Real Decreto de 28 de marzo de 1844. Y al año siguiente, en 1845, se aprueba la Cartilla de la Guardia Civil, en donde se recogían «los principios, valores y virtudes de los miembros de la Guardia Civil, estableciendo un alto nivel moral, además de regular aspectos de mera urbanidad, relaciones sociales y humanas de los integrantes de la institución con la sociedad, autoridades e instituciones». Así lo recuerda el preámbulo del Real Decreto 176/2022, de 4 de marzo, que aprueba el, llamado ahora, Código de Conducta.
Esta nueva normativa indica que el código de conducta hace referencia a los valores, principios y normas de comportamiento que deben seguir los miembros del Cuerpo, tal y como se recoge en su artículo 2.1. Unos principios de conducta basados en la moralidad, la honradez y la rectitud. El Real Decreto 176/2022 recoge diez valores fundamentales que deben asumir los hombres y las mujeres del Cuerpo de la Guardia Civil: honor, integridad, lealtad, valor, sentido de la justicia, imparcialidad y neutralidad, responsabilidad, dignidad y espíritu de sacrificio.
Y en su capítulo II se recogen catorce principios institucionales propios de la Guardia Civil: defensa de la Constitución, respeto de los derechos fundamentales y libertades públicas, igualdad y no discriminación, neutralidad ideológica y política, jerarquía, disciplina, subordinación, respeto y consideración a la pluralidad cultural de España, formación y competencia profesional, cooperación, prestigio, espíritu benemérito, espíritu de Cuerpo y compañerismo, y respeto por la historia y las tradiciones del Cuerpo.
La reciente normativa aprobada, a propuesta de los ministerios de Interior y de Defensa, recuerda que «ser guardia civil implica un componente vocacional que queda anudado a un comportamiento ético ejemplar que valida y enriquece el cumplimiento de sus funciones».
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