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​Pepito Grillo en Santa Cruz, al fondo Marruecos

España ha perdido importancia en el mundo y respeto. Hay que corregirlo. Con este gobierno o con otro
José Luis Heras Celemín
lunes, 28 de marzo de 2022, 10:36 h (CET)

Pepito Grillo existe; investigadores de la universidad de Oxford creen que está en la corteza prefrontral anterior del cerebro y es exclusivo de los humanos. En psicología, persona a la que pedir consejo, ayuda o sentido común. Distinto al personaje del mismo nombre creado por Carlo Collodi, al Repelente niño Vicente de antaño, y al bobo resabido de hoy.


Palacio Santa Cruz de Madrid, Santa Cruz entre diplomáticos, es la sede del Ministerio de Asuntos Interiores, Unión Europea y Cooperación español. Marruecos, país en el norte de África, aliado de Occidente en el mundo árabe; monarquía constitucional que vigila con España el estrecho de Gibraltar entre Europa y África.   

            

“En torno a la carta que publica El País hay algo extraño… Atentos a Pepito Grillo y al repelente niño Vicente por si aparecen por el Palacio de Santa Cruz… Qué hace sobre esto, si hace algo, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación José Manuel Albares Bueno”, decíamos.

            

Excusas por la autocita. Es necesaria y parte de ‘Su Sanchidad- Mohamed VI’, publicado el jueves pasado. En él veíamos lo conocido sobre la carta de Pedro Sánchez al rey de Marruecos publicada en El País. Habían rumores y confidencias sin contrastar que evitamos: Carta debida a informes de Israel. USA expectante. Francia retirándose del Sahel. OTAN al acecho. Control del Estrecho de Gibraltar por el Reino Unido en El Peñón y fuera de la UE. Guerra en Ucrania. Dificultades por y para Putin. Era momento para ver qué sabíamos, evitar agios y reclamar atención frente al ministro Albares, a Pepito Grillo y al repelente Niño Vicente.

            

Hay que aclarar que Pepito Grillo, separado del Repelente niño Vicente, no se refiere a nadie. Ni a Albares, Dios le y nos libre. Pepito Grillo es la persona a la que pedir consejo, ayuda o sentido común. Alguien necesario en cualquier sitio, también en ministerios y en todo el gobierno, sobre todo en ellos.


Como respuesta y ayuda al reclamo de atención, en unas horas, apareció el artículo de Enric Juliana en La Vanguardia ‘¿Por qué ahora?’. En él descubría lo que parece el proceso lógico que produjo la carta con errores y faltas que firmó Pedro Sánchez y publicó El País. Según Juliana, el motivo de la carta, no sus defectos, tiene su origen en la iniciativa del presidente de la República Federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, que el 5 de enero trasmitió al rey de Marruecos el apoyo alemán para la regionalización del Sahara Occidental bajo soberanía marroquí según el plan de autonomía de 2007. Steinmeier cambiaba la postura alemana y suavizaba la relación Alemania-Marruecos deteriorada por el rechazo alemán a la regionalización que produjo la salida de Berlín de la embajadora marroquí Zohour Aloui.  Después, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, siguió igual: Energía verde, presencia política, económica y tecnológica alemana en el norte de África; y corredores de energía hacia Alemania para aminorar la dependencia de Rusia. 


El 24 de febrero, sigue informando Juliana, guerra en Ucrania, frente Este OTAN, y frente Sur.  Los días 3 y 4 de marzo, los asaltos a la valla en la frontera de Melilla, permitidos por Marruecos, inquietaron al equipo de Albares y al Gobierno. Cuatro días después, 8 y 9 de marzo, Wendy Sherman, subsecretaria de Estado USA, viaja para “intentar sellar el frente Sur”. En España, Marruecos y Argelia, Sherman se encuentra, por separado con el español Albares en Madrid, con el marroquí Nasser Bourita en Rabat y con el argelino Sherman en Argel. El 18 de marzo, termina Juliana, con todos enterados, los marroquíes publican la carta de Sánchez sobre la “regionalización del Sahara como la base más seria, creíble y realista para la resolución de esta disputa”.

            

Parece verosímil. A partir de ahí, el bien hacer de Pepito Grillo para: 1- Aportar sentido común en la presidencia del Gobierno de España, en la que se firmó una carta absurda que puso al firmante a la altura del betún. 2- Hacer lo propio en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación para evitar tropiezos graves en la jefatura de la diplomacia nacional.

            

Lo pasado es consecuencia de la realidad y concierto de intereses entre naciones. También es el resultado de un Gobierno que no ha sabido atender las responsabilidades que asumió y por las que debe responder ¿Destituciones, dimisiones, ruptura de la coalición gobernante? No bastan. España ha perdido importancia en el mundo y respeto. Hay que corregirlo. Con este gobierno o con otro. Rayando el ridículo, Sánchez ha intentado obviar la situación mientras pasteleaba ante OTAN, UE, USA, Argelia y Marruecos. Sin saber qué hacer; o, lo que es peor, sabiéndolo. El ministro Albares, diplomático de carrera, vio qué pasaba, pero dejó que siguiera lo queatropelló Sánchez. Ministros, coaligados y los que apoyan al Gobierno han seguido ajenos a lo que veían, intuían y apuntaba la prensa ¿La Oposición? Para su descargo, sin información, in albis.

            

Parece oportuno y de justicia, que los autores del desastre, por acción, desconocimiento o cualquiera que sea la causa, restituyan a la sociedad lo que corresponda y reparen daños, si pueden ¿Cómo? El Estado de Derecho tiene leyes que aplicar y autoridad para usar, calibrar y obligar. Si ocurre, se reparan daños y se restituyen perjuicios, bien. Si no, democracia, urnas y votos, cuando lleguen. 

            

Mientras trato, recuerdo al título. No corrige, pero alivia: Pepito Grillo en Santa Cruz, al fondo Marruecos.  

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