Es cinco de abril, del año gafado, dos mil veintidós en que nos hallamos.
¡Qué pena, Señor! ¡qué pena, Dios santo! cuántas cosas malas los últimos años.
Gobierna un cateto, que llegó engañando, diciendo que el virus haría poco daño.
A él se añadían, simones malvados, con illas corruptos todos bien pagados.
Y unas feministas, de perfiles bajos, locas por salir a formar el taco.
Y a decir que el virus, no era para tanto, puesto que el machismo causaba más daño.
Portaban pancartas, con sucios “recados” más propios de gentes que patean el fango.
Iban entre ellos, ministros nombrados, por su ideología con bagaje escaso.
También comunistas, de puños en alto, y de antiespañoles del cieno sacados.
De entonces a ahora, tres años muy largos, de confinamientos penurias y paro.
En todo este tiempo, que este desalmado, lleva en La Moncloa ni una dio en el clavo.
Charlas infinitas, para apesebrados, que dicen amén poniendo la mano.
El resto del pueblo, vive maltratado, por gente mediocre que vive en palacios.
Mintiendo sin tasa, dando datos falsos, y poniendo normas sin legal respaldo.
Negociando siempre, con descamisados, que odian a España como renegados.
Promesas vacías, derechos negados, la ruina se ve desde cualquier lado.
Mucho presumir, y fardar de guapo, más sus socios rojos lo tienen atado.
Por la ideología, de Lenin y Mao, de Ortega y Maduro y el cubano Castro.
Y no tiene riles, para despacharlos, de un gobierno infame que se cae a pedazos.
Motivos hay muchos y mejor fundados, que a Rajoy le hicieron para derrocarlo.
Pero el plagiador, lo tiene muy claro: al que sea de izquierdas se excusan sus fallos.
Que esto es Venezuela, o Vietnam, o Laos, y al que les critique “jarabe de palo”.
Más no sabe Sánchez, que, ante los malvados, el pueblo español se vuelve bizarro.
Ya son muchos meses, de dispendio y paro, y la perspectiva es de descalabro.
Porque los millones, que Europa ha librado, no podrán gastarse de un modo “trucado”.
Pues van a imponernos, moderar el gasto, de forma exhaustiva para controlarlo.
Y, después, rendir, cuentas sin engaño, pues los auditores ya están avisados.
De obtusas patrañas, y viajes en Falcon, para presumir, pagando el Estado.
Si no cambia el rumbo, este desalmado, es fácil que pronto esté sin trabajo.
Que pudiera ser, el mejor regalo, que nos diera a todos antes del verano.
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