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El desplome del socialismo europeo y fracaso del socio-comunismo español

“Hoy haré lo que otros no pueden, para mañana conseguir lo que otros no pueden”, Jerry Rice
Miguel Massanet
jueves, 14 de abril de 2022, 09:16 h (CET)

De las elecciones francesas se pueden sacar conclusiones muy reveladoras respecto a algunos partidos de rancia raigambre en el panorama político europeo, que pueden servir de explicación a los nuevos aires que se respiran en la política de la UE. Una de ellas y no por ello la menos interesante, es el desplome de la izquierda socialista que ha obtenido su peor resultado de la historia y que, prácticamente, se puede considerar como un partido marginal y amortizado por lo que hace referencia a su influencia en la política futura de la nación francesa. No es raro, ni se puede considerar como un caso aislado, así como tampoco se puede entender como algo inesperado el fracaso del partido Republicano francés, que ha pagado sus desaciertos y los problemas de sus últimos dirigentes con el olvido, en las urnas, del apoyo de sus antiguos defensores. ¿Esto quiere decir que, el bipartidismo, podemos considerarlos como desaparecido?, estamos convencidos de que no, pero es evidente que no va a reproducirse con los mismos protagonistas que en las elecciones precedentes, sino más bien, con otros de partidos distintos, que hayan sabido recoger los cambios que la sociedad viene pidiendo, de acuerdo con la nueva concepción que tienen los ciudadanos de lo que debe ser la forma de gobernar una nación.


Es obvio que, en España, estamos pasando por unos momentos de verdadero desconcierto en cuanto a los resultados de un gobierno, el socio-comunista, que dirige nuestros destinos, que ha demostrado, a través del tiempo que ostenta el poder, su completa incapacidad para resolver los problemas importantes que afectan a la ciudadanía y, a la vez,algo que se puede considerar como gravísimo, todos los componentes del Ejecutivo han conseguido crear nuevos motivos de disgusto entre la ciudadanía, han conseguido ahondar en el distanciamiento entre los españoles; han  dado lugar a enfrentamientos entre las distintas comunidades; han favorecido de forma descarada a aquellas en las que están gobernando los socialistas y separatistas mientras se han cebado en las que estaban regidas por partidos de centro o derechas; han utilizado el poder para legislar olvidándose del Congreso que han venido utilizando solamente para ratificar los decretos ley que habían ido promulgando; han legislado sobre temas de interés nacional sin recabar el apoyo de la oposición y sin tomar en cuenta los informes preceptivos que han solicitado de los distintos organismos del Estado; han llegado a acuerdos con otras naciones, Marruecos, en perjuicio de las relaciones especiales con el pueblo saharaui sin tener en cuenta la opinión, unánime, de las Cortes contraria a este cambio de opinión, que además va en contra de las resoluciones de la ONU al respecto; han gestionado la pandemia del coronavirus, manu militarí, imponiendo su criterio, dando datos falsos sobre las consecuencias gravísimas del virus e informando a los españoles, no desde la verdad y de lo conveniente sobre las distintas etapas del virus y, especialmente, se ha desinformado respecto a temas tan básicos como fueron el uso de mascarillas o la importancia y peligrosidad de la epidemia, especialmente en los primeros momentos de la pandemia. 


Se han intensificado, a petición de los comunistas bolivarianos, que entraron en el gobierno pese a que el señor Sánchez había jurado y perjurado que esto nunca ocurriría, los ataques a la propiedad privada, al sistema de libre comercio, al derecho de respetar las leyes de la oferta y la demanda, hasta el punto de entrar en lo que se puede considerar un Estado intervencionista que actúa sin  tener en cuenta los derechos constitucionales de la ciudadanía; desoyendo los consejos sobre la economía de los expertos e incurriendo en el error de aumentar la fiscalidad sobre los españoles para conseguir mayor recaudación en unos momentos en los que el resto de naciones están haciendo lo contrario; han venido actuando, en cada momento, con el sistema de ir parcheando cada uno de los problemas que han ido surgiendo mediante el sistema de improvisar, primar, subvencionar o inhibirse, según les ha convenido, sin un plan general preconcebido, sin un estudio y una consulta a los técnicos y a los miembros de la oposición a los que sistemáticamente han excluido de cualquier consulta, acuerdo o colaboración, siguiendo la política de ignorar a la oposición que no se prestara a decir amén a cada ocurrencia gubernamental.


El resultado de este tipo de gobernanza lo estamos padeciendo ahora, cuando ya existen factores externos ajenos a la voluntad y capacidad del Gobierno de actuar directamente sobre ellos, que están poniendo sobre el tapete de la realidad, los errores de cálculo de un ejecutivo que sólo tuvo en cuenta sus intereses partidistas y personales a la hora de tomar decisiones que, en estos momentos se está demostrando que fueron erróneas y, en la mayoría de casos, ajenas al sentido común y los informes de los entendidos. Y ahí tenemos a nuestro presidente Pedro Sánchez acudir con cara de compungido a las sesiones de control del gobierno, para pedir unidad, apoyo incondicional, soporte , lealtad y sumisión a todos aquellos partidos a los que les ha negado un ínfimo protagonismo en las cuestiones estatales, que han estado manifiestamente en contra de las decisiones equivocadas del Gobierno, para pedirle o exigirles que se allanen a lo que él  decida sin contradecirle, pedirle explicaciones o rectificándole cuando fuera necesario.


Los aumentos de los precios del gas, la electricidad, los combustibles orgánicos, las primeras materias ya se iniciaron hace meses, incluso antes de que estallara la guerra de Ucrania, dando lugar a sucesivos y continuados incrementos que, a medida que la epidemia con Covid 19 fue creando la crisis económica, que luego ha sido agravada por los acontecimientos bélicos iniciados por el señor Putín y la nación rusa, a medida que la contienda se va alargando y las relaciones entre los países implicados se van haciendo más difíciles y menos propicias a un alto al fuego, todos los elementos que contribuyen a encarecer la vida de los españoles, desde los alimentos a los combustibles, han entrado en una vorágine de descontrol capaz de acabar con la situación de relativa calma en la que nos hemos mantenido hasta la fecha.

En todo ello la incapacidad manifiesta, especialmente de este ramillete de ministras feministas que han demostrado su incapacidad para el cargo que se les confió y su sectarismo y sumisión a las órdenes del señor Sánchez; olvidándose de que deber con respecto a los ciudadanos, prestándose a formar parte del corro de plañideras que se ha puesto al servicio de la propaganda del Gobierno iniciando una campaña de desinformación con respecto al PP y a su acuerdo de gobierno en Castilla y León, perfectamente legítimo y, posiblemente conveniente, olvidándose de que su propio partido el PSOE tiene acuerdos de gobernación con los etarras de BILDU, que se ha constituido en el lacayo de los separatistas catalanes y vascos con los que mantiene magníficas relaciones contribuyendo a que sigan en sus trece mediante substanciosas ayudas económicas.


Puede que, contrariamente a lo que pretenden esgrimir algunos, lo que se ha dado en denominar la desaparición del bipartidismo, lo que vaya a producirse dentro de un tiempo, puede que, en una o dos legislaturas, podría ser que partidos a los que se los califica de extremistas, como es el caso de VOX lleguen, como ya indican algunas encuestas recientes, a conseguir un número de votantes que les permita llegar a gobernar el país. ¡Las izquierdas se manifiestan alarmadas ante esta posibilidad, pero es posible que, si la otra alternativa fuera un gobierno de la extrema izquierda ya no les parecería tan mal! Puede que el electorado actual, ante la incapacidad, demostrada por partidos de rancia raigambre que venían turnándose en el poder, de solucionar los problemas europeos y nacionales; muchos votantes piensen que han de tomarse medidas más radicales, más efectivas y más valientes para afrontar unos tiempos en los que los paños calientes se está demostrando que no sirven para nada y, si no, que nos digan lo que se ha conseguido con los diálogos repetidos de la diplomacia y las distintas instituciones, encaminados a acabar con el enfrentamiento ruso-ucraniano, cuyos resultados, a la vista están, no han solucionado absolutamente nada.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, parece que hemos entrado en una nueva etapa a nivel europeo en la que todavía quedan diversas incógnitas por resolver. En primer lugar, vamos a tener que esperar lo que va a suceder en Francia que, a pesar de los puntos de ventaja que el señor Macrón le sacó a Merie Le Pen, parece ser que no está claro si va a ganar o, el agrupamiento de los partidos qu3e van a apoyar a la señora Le Pen consiguen superar la distancia que existe entre ambas candidaturas. 


Por lo que respeta a España, va a tener que mentir mucho, engañar más y conseguir que el bolsillo de los ciudadanos no quede vacío para que, este partido que vive de la propaganda, como es el PSOE, consiga que los ciudadanos le vuelvan a votar para que gobierne. Todo puede suceder, pero una cosa es cierta, si el pueblo español, después de la experiencia de estos últimos años, volviera a dar su confianza a la izquierda, entonces señores, nos tendríamos merecido cualquier desgracia que pudiera sobrevenir a la nación española.


Y en relación con lo dicho, aquí tenemos la opinión de J.F Kennedy: “La ignorancia de un votante en una democracia perjudica la seguridad de todos”

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