Hay muchas maneras de ensuciar un cristal, la más fácil, por ignorancia, es utilizar un paño sucio. ¡Va por el “feminismo” barato! ¡Va por la Ministra que se dice de Igualdad! ¡Va por los “tuiteros” hipnotizadores! La “feminidad” es bastante más antigua que las “feministas”. Las “feministas” quieren defender un derecho que tenemos todos, la IGUALDAD, insistiendo en algo que no tiene nada que ver: los manuales de sexología ideologizados. Las relaciones personales no están inventadas por el movimiento feminista; el amor libre es bastante más viejo que la señora Irene Montero. La borrachera tiene muchas derivaciones: unas son lloronas, otras charlatanas, algunas se escuchan a sí mismas, las más adormecen perdidas y las mínimas despiertan el “lívido”, pero con la impotencia…
Dicen las mujeres de vida fácil que su trabajo, muchas veces, consiste en aguantar y consolar al cliente, borracho, sin fuerzas e incapaz de mantener una relación… (pero la vida crea historias fantásticas, como las del jefe “colocado” conquistando el harén. Por eso es jefe). Una honrada feminista debe saberlo, entenderlo y no engañar.
El sí es sí…, pero no olvide, señora ministra, “y sus circunstancias” (manual de la borrachera). El sexo se convierte en virtual cuando está rodeado de estupefacientes y de alcohol. ¿Dónde encontraremos el “sí es sí…”?
Si no fuera tan serio el tema, cerraríamos el libro para no saber más, pero el abuso sexual existe con si o sin sí… y para intentar solucionarlo o escarmentarlo no hace falta inventar Partidos, sino “leguleyos” serios y políticos “comprometidos”.
En el mundo de la sexología barata (o cara), suele utilizarse un dicho: “¡piérdete!”. Si determinados delitos, la justicia pudiera sentenciar con un “¡piérdete!” (en alta mar, en un bosque solitario, en un desierto luminosos). Allí, que cada cual viva a su gusto. Problema solucionado.
Aquí, sin embargo, en una sociedad hipócrita a los ABUSADORES, se les ofrece un hotel, con pensión completa y servicios personales “humanitarios” (gimnasio, piscina, paseos, cursos, televisión y, si lo piden, hasta estudios pagados. ¡Que pena!... A eso lo llamamos justicia y las feministas, justo castigo. El apellido auténtico es “incomprensible”….
Prefiero ser tradicional… ¡guapa!, ¡morena!, ¡ole!... y haber aprendido educación en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria, pero sin pasar con suspensos… (¿?)
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