No sé el nombre secreto que puedo asignarme sin que, inconscientemente, se piense en otras personas. No debo escoger la “X”, porque ya está demasiado machacada… La “Z”, podría referenciarse a Rusia… La “G” recuerda los GAL… La “H”, de honrado, suena a prepotencia moral… Creo que las más independientes podrían ser la “I” de INOCENTE, la “T” de TONTO y la “C” de COMPROMETIDO.
Salimos de la enseñanza pública, privada, libre o teledirigida con la mente abierta, con ilusiones de juventud, con sentimientos sanos y sin complejos… La realidad y la confrontación ideológica, callejera o de despacho, comenzaron a llamarnos con seudónimos o apelativos personalizados: INOCENTES, TONTOS y, encima, COMPROMETIDOS.
Han tenido que pasar más de 70 años para “comenzar” a darnos cuenta que en la vida, el desarrollo depende de tres cosas muy simples: el ENGRANAJE, la CONDUCCIÓN y la GESTIÓN de las dos primeras.
Un Estado desorganizado por culpa de los intereses partidistas, con dirigentes con carnet de conducir tipo “B”, generalista, y con gestores mediocres, mediatizados por los “lobbies”, caminará apoyado en los demás… hasta que el que empuja se canse.
Dentro de este “Estado desorganizado” lo más llamativo es la existencia de una única vía de “trasmisión”, un sistema “monoplaza” en el que la uniformidad mental, la moral y la política han conseguido aplastar las “voluntades libres” de señores que se dicen “estudiosos” y, socialmente, “selectos”…
… Y los demás… INOCENTES… TONTOS… COMPROMETIDOS…
Si la historia fuera capaz de traernos de nuevo a ciertas personas con “sentido de pueblo”, podríamos ir cambiando de apelativos, construyendo proyectos COMPROMETIDOS, sin INOCENCIA pseudo religiosa y, sobre todo, con TONTERÍAS las justas…
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