Aunque él no lo sabe, está ya más muerto, que los habitantes de los cementerios.
Muerto para España, para Europa muerto, y el resto del mundo lo tiene por muerto.
Un muerto que vive, solo por sus miembros, ya que su “interior” lo olvidó hace tiempo.
Y, para ser hombre, con alma y cerebro, hay que dar a aquella un sano sustento.
Que él ha descartado, como un mal sujeto, y la ha puesto en venta a muy bajo precio.
Con tal de seguir, sus turbios manejos, arrojando a España por un vertedero.
Y es porque su estilo, de matón siniestro, lo usa con la idea detener más siervos.
Mas luego resulta, que mentados siervos, son los que le exigen hundirse en el cieno.
Cuando vio colmado, su soñado anhelo, de ser gobernante “activó” sus dedos.
Con los que poner, en el “comedero”, a sus amiguetes en número extenso.
Empezó el traidor, su ilegal trayecto, exhumando a Franco de su mausoleo.
A pesar de que alguien, dijo al marrullero, que era peligroso deshonrar a un muerto.
Después de la injuria, inició un concierto, lleno de maldades y trampas sin cuento.
Siempre a las espaldas, de su propio pueblo, al que hizo promesas como los trileros.
No cumplió ninguna, y nunca va a hacerlo, pues vive de trolas en todo momento.
Buscando tan solo el derrumbamiento, de nuestra cultura y nuestros derechos.
La última faena, del sepulturero, ha sido cargarse al CNI entero.
Como se cargó, lo más limpio y bueno, que había en España: ¡la Paz y el Respeto!
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