Allá por el siglo V d. C., sin entrar en más pormenores, Europa se vio invadida por los hunos. En el año 420 un jefe llamado Octar comenzó a reunir a todas las tribus hunas, que se encontraban separadas bajo su mandato, logrando así una especie de confederación de estas. Le sucedió su hermano Rugila que consiguió su total cohesión a las que proporcionó un objetivo común: la derrota del Imperio Romano de Occidente, cuyo ejército comandaba el general Aecio.
Esta federación de clanes y tribus proporcionó a los humos más prestigio y poder, de forma que se sintieron con fuerzas no solo para atacar al ya endeble Imperio Romano, sino también el de Oriente, pero Rugila, entonces rey de esta confederación y tío de Atila y de su hermano Bledamurió antes de emprender la campaña.
Correinaron Atila y Bleda, este murió, según unos historiadores asesinado por orden del primero, otros dicen que en un accidente de caza, el hecho es que Atila quedó como rey del poderoso ejército de los hunos.
Los hunos eran un pueblo seminómada que habitaba en la gran estepa euroasiática que fueron empujados por los yuan yuan, rechazados éstos por los chinos cuando comenzaron a construir la Gran Muralla, e invadieron las tierras de Occidente, en distintas oleadas a partir del siglo IV e inicios del V quienes, capitaneados por Atila incitado por el rey vándalo Genserico, atacó el reino visigodo de Tolosa, invadió la Galia en el año 451, tras arrasar Metz y asediar Orleans, fue derrotado finalmente en los Campos Cataláunicos, cerca de Troyes.
Atila fue llamado el “Azote de Dios”. Se decía que por donde pasaba su caballo no volvía a crecer la hierba, que era la encarnación del demonio. En fín, que a su paso todo quedaba destruido. Este extenso exordio nos sirve para comparar el Atila que, por desgracia para todos los españoles, nos gobierna. Pedro, al igual que el huno, comanda una confederación de tribus políticas cuyo objetivo es destruir a España: todos los corpúsculos de la izquierda más rancia y revanchista, así como los catalanes golpistas, al igual que los herederos de los etarras que tantos muertos, sangre y dolor han causado en España. No contento con eso está destruyendo sistemáticamente todas las instituciones por las que nos gobernamos, y si no acaba con ellas pone a su frente bravíos dogos que ferozmente defienden las consignas de este azote de España. Enumerarlas todas sería una pérdida de tiempo ya que todos las tenemos presentes. Se cuentan que el Rey Midas, convertía en oro todo lo que tocaba. Pedro lo convierte en boñiga y cagajones.
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