Muchos catalanes fijan en la frase “España nos roba” la frustración de ver como, año tras año, desde hace mucho tiempo la diferencia entre los dineros recaudados en Catalunya, vía impuestos, enviados a Madrid y los que vuelven a tierra catalana, vía inversiones, es siempre negativa para el territorio catalán. La frase “España nos roba”, tomando España como concepto, puede sonar a estereotipo para cualquier mitín electoral o para una conversación de barra de bar, pero lo cierto y reconocido por los gobiernos estatales es que, con las cuentas en la mano, como mínimo España, sus gobiernos llevan años espoliando a los catalanes. Haciendo de Catalunya el “pagafantas” de España bajo la capa de la solidaridad obligada.
Y esto viene sucediendo sea del partido que sea el culo que acaricien los cómodos sillones de Moncloa. PSOE o PP en este aspecto son lo mismo, tanto la derecha extrema como la socialdemocracia descafeinada. A finales del 2017 Rajoy, en un acto en Barcelona, prometió que entre aquella fecha y el 2020 llegarían a Catalunya 4.200 millones de euros en inversiones, millones que nunca llegaron. Por aquellas fechas Cristóbal Montoro, ministro de Rajoy, reconoció que el déficit fiscal entre España y Catalunya era de unos 10.000 millones de euros, algo es algo, porque los números de los economistas catalanes hablan de 16.000 millones de diferencia.
Estos días el gobierno del PSOE y PODEMOS ha hecho públicas las cifras del cumplimiento del presupuesto del año 2021. Y, sorpresa, sorpresa, los números vuelven a ser favorables a Madrid de una manera escandalosa. Mientras en Madrid el presupuesto inicial era de 1134 millones de euros resulta que se han gastado 2.086 millones que suponen un 184 % de cumplimiento del presupuesto previsto y un gasto de 309 euros por habitante. Por contra el presupuesto inicial en Catalunya era de 2.068 millones de euros pero la magia de los números ha hecho que tan sólo se hayan gastado 740 millones, o lo que es lo mismo, tan solo se han gastado en infraestructuras un 35,8 de lo presupuestado, 96 euros por habitante, tres veces menos que lo invertido en Madrid. Como dicen por Catalunya “ser cornut i pagar el beure” que viene a ser aquello de “ser puta y pagar la cama”. Unos “pagafantas” en todos los sentidos.
Y además constreñidos al silencio porque la protesta por este espolio económico, más propio de un Ali Babá con todos sus ladrones que de un Pedro Sánchez con todos sus ministros, no es buena porque según la Ministra Raquel Sánchez, catalana y antigua alcaldesa de Gavá “Compararse con Madrid genera crispación, no se adapta a la agenda del reencuentro”. Señora ministra, con todo el respeto, ¿qué reencuentro? No me haga reír, han sido ustedes, su Gobierno con su Presidente a la cabeza, los que han hecho estallar todos los puentes para un reencuentro, ustedes con sus espionajes, ustedes con su defensa a ultranza, junto la derecha extrema y la extrema derecha, de un rey delincuente fiscal, ustedes que una vez aprobado el presupuesto nunca más hablaron de dialogo con el independentismo pues ya habían conseguido con engaños lo que querían, tener un presupuesto aprobado porque el próximo les es igual ya que podrán alargar este hasta el final de la legislatura, ustedes, señora ministra, que han preferido aprobar una ley del audiovisual para favorecer a Mediaset y Atresmedia, poderosos medios de comunicación, con la ayuda del PP incumpliendo las promesas que hicieron a aquellos que les auparon al banco azul del Gobierno.
Señora ministra, lo que produce crispación es la actuación de un Gobierno que miente y engaña a quienes le ayudaron en su día. Sus llamadas a que si no acatamos sus ucases vendrá el lobo del fascismo ya no nos asustan, porqué al lobo fascista le han abierto la puerta ustedes mismos. Sus errores los pagaremos todos, y mientras los catalanes seguirán siendo los “pagafantas” de una España que además, en cuanto puede, sale a la calle a gritar “a por ellos”, unos “ellos” que, a fin de cuentas, pagan sus fiestas bajo un concepto falso de solidaridad obligada.
|