He tenido la suerte de nacer en 1942, de recibir una educación liberal, de vivir intensamente el mundo de la educación de las décadas de los 60 y 70. He tenido la suerte de poner “mi granito de arena” en la formación de muchas personas, hoy profesionales, políticos, economistas e intelectuales de prestigio por haber impartido enseñanza en el Centro Educativo más influyente de aquella época en Madrid.
He tenido la suerte, por defender a un “socialista liberal”, de haber sido acusado de comunista y represaliado por ello, en la época de Franco. Pero no pensaba en “comunista” ni en “socialista” ni en “franquista”, sino pensaba como liberal respetuoso con cualquier ideología que salvase la de los demás.
Conocí muchos estandartes que daban de comer si desfilabas tras ellos; exactamente igual que ahora, con la diferencia que ahora se trafica con “Fondos Europeos” para dar de comer no a los que siguen los estandartes sino a los que, desde los despachos, preparan los discursos, no precisamente “liberales”.
Se habla de “República” con sentimiento de posesión de la “izquierda”. ¿A quién quieren engañar? República es, simplemente, un “modo” de estructurar y gobernar una nación; tiene el lado positivo de la “alternancia” pero NO el “seguro” de la prosperidad.
Señores de la “izquierda singular, plural o como la quieran definir” no se adueñen de los conceptos como se han adueñado de las interpretaciones jurídicas para “OKUPAR” y “VACIAR” las propiedades ajenas, porque eso no lo contempla “La verdadera República”.
Señores de la “izquierda singular, plural o como la quieran definir”, se les pide fidelidad a su “discurso”: “DIMITIR TAMBIEN CUANDO, POR LO MISMO O POR MENOS, SE LO EXIGÍS A LOS DEMAS”
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