La escabiosis o conocida vulgarmente como Sarna, una enfermedad vinculada con la pobreza y que se ha dado especialmente en momentos como tras la Guerra Civil, la II Guerra Mundial en los que la pobreza y las dificultades son habituales, está creciendo y es una pandemia que desde el año 2017 que se detectaron 300 millones de casos a los datos actuales del año pasado que se estimaron en 610 millones de casos en el mundo y que en España ha tenido un arraigo importante y que ha afectado a personas vulnerables como ancianos, bien de residencias y fuera de ella y a personas con riesgo de exclusión y que por su rápida transmisión afecta a la sociedad en todas sus clases, niños en colegios, hospitales etc.
Sí, se ha duplicado y en España se ha extendido y ha afectado especialmente desde la aparición del COVID, que coincide con el confinamiento y el incremento de la crisis económica. Si bien no es excesivamente preocupante pues los tratamientos son rápidos y eficientes y no es menos cierto que se está haciendo más resistente no tenemos que olvidar que es síntoma y evidencia de una realidad que por los motivos que sean se ha decidido silenciar.
Se ha hablado hasta la saciedad de una pandemia que ha matado a millones de personas como el es COVID y de otras enfermedades que ahora, a las pruebas me remito, se han arrinconado en el olvido y lo que antes era un mundo, ahora no son más que una mera anécdota similar a una gripe.
¿Por qué se ha silenciado a la sarna? La verdad es que yo siempre la ignoré y no reconocía su aspecto, por la misma ignorancia, pero es una clara evidencia del retroceso que la sociedad está sufriendo y de hecho en seis años hemos pasado de 300 millones a más del doble y en España según diferentes estudios puede afectar entre un 25 y un 35 % de la población.
Especialmente por su rápida difusión y más cuando se ignora como es. Se puede padecer y pensar que es una determinada alergia en una sociedad en las que la realidad ambiental hace que proliferen distintas alergias.
Por otro lado reconocer su existencia, supone reconocer los gobiernos una problemática que intentan maquillar de todas las formas posibles, y no sólo me refiero a España, sino que globalizo a Europa, pues en Francia ha ocurrido algo similar a España y hasta en países como Hungría y Polonia vinculados con la extrema derecha. No olvidemos que la extrema derecha está en cinco gobiernos de la UE y en 22 parlamentos de Europa.
Ese interés por esconder una realidad, más que evidente tiene una clara razón de ser y no es otra que la de la manipulación política a favor de esa clase política, para mantenerse dentro de un estatus que de otra forma, reconociendo el problema, tendría que tomar otras decisiones y medidas acordes con la realidad que estamos viviendo y la que se espera.
Dejo bien claro que estoy haciendo referencia a la pobreza, y no limpieza, pues son realidades muy diferentes y no tenemos que acusar a los inmigrantes que huyen de sus países de origen y si de una realidad que afecta a españoles y europeos tanto o más que a los inmigrantes. Eso lo afirmo porque siempre habrá personas que alimenten con ello a la xenofobia y no quiero dar lugar a ello, entre otras cosas, porque es totalmente falso.
Con este artículo pretendo por un lado denunciar una situación que está afectando a más de un 60 % de la población española y europea. Por otro lado informar y divulgar un problema de salud que tiene fácil solución y que está afectando a miles, cientos de miles de españoles y su desconocimiento puede hacer que se propague hasta extremos inimaginables.
La manipulación siempre ha sido algo inherente a la política pero especialmente en estos tiempos en los que determinadas herramientas aumentan su eficacia, desde la desinformación y las nuevas tecnologías.
Espero que este humilde artículo pueda calar y lograr, mi noble objetivo, pues siempre escribo pensando en el bien de la sociedad, que está compuesta, en su gran mayoría por personas, bien intencionadas que buscan lo mejor para su entorno y para ellos, aunque nos gobiernen esos que básicamente se motivan por su propio interés y vanidad, en una inmensa mayoría y que recorren todo el ámbito de ideologías, colores y pensamientos.
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