No quiero saber del mañana, allí puedo encontrar las multas de tráfico, los cadáveres de animales domésticos en las carreteras con sus caritas destrozadas por el brutal golpe del atropello de un maldito coche, arma de hierro que hiere sin piedad a los inocentes que se le cruzan, no deseo oler el humo de cigarros, el sinsabor de la competencia desleal, el egoísmo, las amenazas y las envidias, la guerra y la lucha entre razas, el querer ser más, ¿para qué?, ¿para quién?.
No a los problemas, no pensar en bichos raros de dos patas que me apuntan con sus flechas de plata, soy de carne y hueso, me pueden herir, la lengua debo guardar, pero entonces, ¿por qué Dios me la ha dado?...
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