No existe el silencio
para el olvido. Sobre una mesa una planta goza sus fúnebres hojas se marchita, no hay anhelo que la encuentre a la memoria de la vida, alrededor, las paredes con sus muecas del tiempo juegan a ser adivinos (magos de la nostalgia) Cobijados por muebles con libros viejos Libros en espera de abrir el corazón al aficionado de la belleza o la ironía y sus verdades. Turbia esperanza, cuando muchos nacen convertidos en aparatos digitales: ciegos de espirito sordos del alma. La tierra llora las llagas provocadas a su flora y fauna los extinguen a cenizas gigante cicatriz que no desvela las conciencias humanas conciencias robotizadas por dinero. ¿Quiénes somos para bofetear lo que Dios ha creado? ¿Quiénes somos para meter en una retratera el canto matutino de las aves, la pasión de los monos colgándose de las lianas, el rugir de los leones y sus sueños eróticos y las venas de peces en los ríos? ¿Quiénes somos para borrar las verdes montañas y deshidratar las esperanzas de nuestras futuras generaciones? ¿Quiénes somos para secarnos la mirada, el olfato el oído, la voz y el tacto? Seamos la gota de agua que alimenta la huérfana planta que crece en el asfalto. Crecí con los espantos Despierto en las madrugadas por trotes de caballos a su andar rechina la muerte en las conciencias de las almas. Nadie se atreve a levantarse Nadie está libre de pecado. Las noches son un lúgubre escenario la mona salta sobre los techos, mientras la mano peluda juega con los pies desnudos de su víctima. La Taconuda, danza en el tímpano del desvelo de la calma y la paranoia del corazón. Luego, alguien toca la puerta, arrastra las cadenas del infierno. Aúlla la oscuridad y la Cegua desviste al infeliz, feliz amante Seguido, repica la campana de la iglesia inicia la misa, precedida por el padre Valdivieso a quien decapitaron la voz, pero no el alma. Crecí en la algarabía del azufre, del ritmo de la filarmónica o el canto de la lechuza es la fiesta de los ahuizotes que se percibe en la eléctrica pelusa de la piel.
Cupido irreverente Un pinchazo de aguja abre inmenso vacío a la reflexión. Danzaba el orgullo de nuestras palabras como venenoso dardo. El consuelo de humedecer el alma buscando refugio en el canto de las aves había fracasado, cuando una nube de zancudos interrumpió el silencio. Di un paso y puntiagudas palabras penetraron en mis pulmones. La falta de oxígeno agotaba la esperanza de un abrazo que abrigara esa guerra perdida.
Bluefields
No voy a olvidar la perla nocturna que desde el cielo esculpía su reflejo en tus desnudas aguas melancólicas. No voy a olvidar tu sangre que hierve Al son del Palo de Mayo fibra s corporales de tu gente… ¡Cómo olvidarte !si al entrar a tu puerto me recibiste como ese beso anhelado después de una larga ausencia Bluefields Tu sangre ha latido en mis venas con sabor a coco y rondón. despierta cantos de sirenas y yo poeta de Managua guardo ese orgasmo que provocaron tus tierras.
Negro Huracaneas tu cuerpo de paisajes costeños serpenteas caderas, muslos, pasión. Tendría que navegar por el rio escondido descubrir tu muelle escuchar el tambor de tu tic tac describiendo historias Y luego, enamorada de ti estallar en el fuego de tu cuerpo dotado de Dioses de noches infernales.
Sobre la autora: Verónica Rosil. Nació en Managua el 7 de julio 1982. Licenciada en Administración turística y hotelera. Estudiante de la carrera de Lengua y Literatura. Ha impartido talleres de narrativa y poesía a maestros y niños en comunidades rurales y urbanas. Actualmente, labora como bibliotecaria y docente en el Colegio Teresiano de Managua.
Libros y antologías: Libros publicados: “Aventuras y Travesuras Silvestres” cuentos infantiles 2009; “Luna Desnuda” poesía, 2013 y “Arrecifes” poesía 2016 (publicado en El Salvador) y “Los Fantasmas de una dama” cuentos breves 2021. Ha publicado en las Antologías: Novísimos, Poetas Nicaragüenses del tercer Milenio; Nicaragua en las Redes de la poesía; 18 Voces de la Narrativa Nicaragüense; Tierra breve, minificciones 2018, así como, en diversas revistas y suplementos literarios. Fue miembro durante 5 años del Foro Nicaragüense de Cultura. Integrante de la Fundación Poetas en Órbita y Colectivo Intercultural Poetas Sin Fronteras.
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