En ocasiones el Destino se encarga de encauzar lo que fueron graves entuertos de los gobernantes. Pero son raras aquellas coyunturas en las que, a la vez, se produce la oportuna intervención de la rectificación adecuada coincidiendo con el tiempo en que ésta pueda producir mejores efectos. En el caso de nuestro presidente, señor Pedro Sánchez, se puede afirmar que el mismo, desde la soledad de su egolatría política, ha sido el que se ha llevado a una situación que hace unos días pensó que tenía controlada pero que, al día de hoy, conocidas las opiniones europeas y las resoluciones de Bruselas, se puede decir que todo el ensamblaje que había conseguido montar en torno al problema energético en España y, con pretensiones de extenderlo al resto de la CE, se le ha caído al suelo como si fuera un simple castillo de naipes.
Un presidente de gobierno no puede, no debe, no es prudente que lo haga ni aconsejable en modo alguno, el permitirse tomar decisiones de calado internacional, de repercusiones varias, de implicaciones económicas, sociales e industriales, como han sido las que tomó al cambiar súbitamente nuestra estupenda relación con Argelia para entregarse, inopinadamente, y sin que hubiera nada que lo anunciase, al monarca alauí, Mohamed VI y, todo ello, sin que previamente se hubiera puesto en contacto y consultado con la oposición, escuchado a sus propios ministros y asesores y, a mayor abundamiento, a aquellos sectores productivos que se sabía a ciencia cierta que iban a quedar afectados por el cambio radical de política.
Se habla y, todo parece indicar que es cierto, que los servicios de inteligencia marroquíes consiguieron una información que afectaba, de una manera muy especial y seguramente muy poco conveniente para el señor Sánchez, que fue lo que le hizo cambiar, tan súbitamente, de opinión respecto al apoyo que tradicionalmente daba España a sus excolonias del Sahara; garantizando, precisamente, su independencia ante los intentos marroquíes de anexionárselas.
Los resultados de esta cacicada monumental, sus efectos negativos inmediatos en cuanto a las relaciones bilaterales con Argelia, su repercusión automática sobre los envíos regulares de gas a España y su ruptura de relaciones comerciales con nuestra nación sólo fueron la antesala de una serie de disputas que, si bien no afectan de modo directo al contrato de suministro que tenemos con dicho país, si lo van a tener cuando se deba renovar en cuanto a las condiciones en las que deberemos aceptar que se firme. Más caro y con unos términos más draconianos si queremos recibir el gas de Argelia.
Cogido en su propia trampa el señor Sánchez, experto en recurrir a cualquier remedio que le permita salvar la cara, se pergeñó, junto a su adlátere Bolaños ( primero lo hizo con Redondo), una nueva estrategia que, por añadidura le iba a servir para prestigiarse en Europa, su máxima ambición. Se trataba de reactivar el proyecto “MidCat” por el que se potenciaba la llegada a través de España del gas líquido al resto de Europa que, previamente, y aquí estaba la estrategia del gobierno,habría sido trasformado en gas desde las estaciones gasificadoras (7 en total) de las que disponemos en España. Fue a entrevistarse, en Alemania, con un apurado señor Scholz, que necesitaba a toda costa una solución para solventar su grave problema de falta de suministro del gas ruso. Los dos querían lo mismo, por distintos motivos, pero, y aquí fue donde nuestro presidente metió la pata, no contando con los franceses, tradicionalmente celosos de su “amigo del sur”. Monsieur Macrón ha salido de estampía para evitar que el proyecto MicCat progresase. No olvidemos que en el 2019 fueron Francia y España quienes se opusieron a él y a la prolongación de un nuevo gasoducto. El resultado ha sido que, la Comisión europea se ha negado a apoyarlos y, en estas circunstancias y ante la perentoriedad de encontrar otras soluciones más inmediatas, parece ser que Alemania va a prologar la vida de sus cuatro centrales nucleares, en espera de encontrar una solución más adecuada a su problema del abastecimiento del gas.
Pero se da la circunstancia de que esta misma tarde, en el Senado, se van a encontrar frente a frente los señores Pedro Sánchez y Feijoo. Se rumoreaba que los socialistas iban a arrasar debido a sus buenas noticias en cuanto a la cuestión energética, lo que esperaban que sirviera para mejorar las perspectivas electorales de un PSOE que, evidentemente, estaba demostrando haber caído verticalmente en cuanto a la consideración del pueblo español de su gestión gubernamental. ¿Qué va a suceder en esta confrontación? No lo sabemos, pero lo que sí conocemos es que las noticias que nos han llegado, ya confirmadas desde Bruselas, lo que informan es que el proyecto Hispano-alemán ha sido rechazado y que, el cuento de La Lechera del Gobierno, en cuanto a los grandes beneficios que para España suponía la reactivación del MidCat, se ha quedado en agua de borrajas. La estrella del PSOE para oponerse a las críticas sobre la gestión del gobierno Sánchez que utilizara el PP, parece que se ha quedado sin luz y probablemente va a ser utilizada, ahora en su favor, por el señor Feijoo y su grupo.
Pedro, en esta ocasión, eligió el compañero equivocado para su intento de salvar al PSOE de los graves problemas internos que tiene, no sólo con sus socios de gobierno, Podemos, sino dentro de su mismo partido donde las críticas al autoritarismo del señor Sánchez cada vez se hacen más frecuentes. Lo malo de estas tomas de decisión a vuelo de pluma es que no se reflexiona suficientemente sobre los efectos de un posicionamiento y, en este caso, se ha dejado de lado el hecho, previsible, de que Macrón aprovechase la debilidad evidente, en la que se encuentra la república alemana, para intentar tomar las riendas de Europa y convertirse en lo que, hasta ahora, había sido Alemania, el motor de la CE.
Puede ocurrir que lo que Sánchez intenta a tribuir al PP, como si fueran “profetas de la catástrofe” resulte ser algo distinto y, poco a poco, como ya se viene percibiendo en nuestra economía, empleo, inflación, encarecimiento de la cesta de la compra y otros importantes datos a cerca de la marcha de nuestras empresas, afectadas de una manera directa por el encarecimiento de la energía, resulte que es algo más y más grave que las predicciones que pudiera hacer un grupo político “ bien informado”. Y lo que dice hoy en la panfletaria La Vanguardia el periodista Enric Juliana; “Francia le da portazo a España un día antes del duelo Sánchez Feijoo en el Senado”pudiera ser el anticipo de un cambio, que ya se vislumbra en la lejanía, para España
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, en ocasiones tenemos la impresión de que, cuando todo parece ponerse mal en una nación, cuando la esperanza empieza a decaer y las instituciones se tambalean, parece que sopla una brisa reconfortante que nos permite, a los que no cejamos en la batalla por conservar a España unida y libre de la barbarie comunista, albergar esperanzas de que no todo está perdido y que, si perseveramos, es muy probable que consigamos llegar a buen puerto aunque, evidentemente, el estado de la nave en la que capeamos este temporal, seguramente no va a ser lo impoluto que desearíamos.
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