Éxito a la desesperada, pues para subir una alta montaña, basta una danza africana feliz, así subirás, sin pensar en la mañana siempre cruel, siempre insulta que te insulta, siempre falso a mis espaldas, en que bailo sola y me gusta la playa. A la desesperada voy sin rumbo, sin meta voy y voy y me gusta. Que subo con suerte para arriba, que bailo la danza negra, bailo y bailo y no paro, que no seas desgraciado, ni te rías de mí condenado y sube la montaña africana bailando en sus faldas: “danza que te danza, marca que marca, sube que sube y ya”.
Porque mejor es bailar que llorar.
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