7 de febrero, lloverá. Caerán gotas, caerán. Ojalá fueran las últimas, pero aún quedan demasiadas, más de lo humanamente esperado, lloverá hasta el 10 de febrero de 2007, queda mucho por llover y sin embargo… lloverá eternamente para mí. Ojos negros, morenita de Maracaibo manos negras, pelo negro como el de aquella mulata que vive muriendo de pena, de amor que acaba y no hay, todo muy oscuro, irse a negro, pero con el alma blanca, como paloma santa mensajera de paz en la sombría noche de la primavera azul.
Estar en la entrada, esperar y saber que Lucy es la asesina número uno, la mayor, Betty la dos, pero tienen menos energía cuando pueden y quieren herirme pues soy inocente, 1, 2, 3, si todos lo son y lo practican, si que no hay remedio para mi vida, no progresaré jamás. Todos, toditos, todos.
Canto a mamá, que me ayudó a vivir en este mundo, sin ella no podría estar aquí, canto a mamá, que me hizo cumplir con el cometido, que me cobijó y me abrazó con dulces palabras, me dio de comer, vestir y me curaba las heridas como bien sabía, canto y canto y no me cansaré de cantar y no de espanto, vivan las madres buenas una eternidad, para los hijos que las quieren y agradecen su incondicional ayuda.
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