En la ceremonia de la firma de la anexión de cuatro regiones de Ucrania a Rusia primaron los criterios de cercanía y liderazgo para ordenar a los principales actores de este acto.
En la organización de eventos una de las disciplinas que se aplica es la proxémica, es decir, el estudio del uso que las personas hacen del espacio en sus relaciones con los demás, define el diccionario de la Real Academia Española. Y dentro de esta disciplina, uno de sus criterios a aplicar es el liderazgo.
Los líderes, las máximas autoridades, siempre van a ocupar los mejores puestos en los actos, independientemente de su participación activa, o no, en los mismos. Y en referencia a la cercanía, como criterio de ordenación, las personas que se ubiquen más cerca del líder, serán las de mayor importancia en ese acto.
La sala de San Jorge del gran palacio del Kremlin acogió la ceremonia de la firma de anexión de las repúblicas populares Lugansk y Donetsk y de las regiones de Zaporiyia y Jersón a la Federación Rusa. Toda la organización y desarrollo del acto giró en torno al presidente ruso, Vladimir Putin, anfitrión de la ceremonia y responsable de las incorporaciones territoriales.
Los escudos presidenciales, el estandarte presidencial y la guardia presidencial ponían de manifiesto el supuesto liderazgo de Putin, como presidente de Rusia. Su entrada a la sala de San Jorge por el lado derecho, su posición central en el escenario, respaldado por la bandera rusa, en primera posición, y el estandarte, en segunda, y su ubicación, en solitario, a la derecha del escenario durante la firma de anexión ponían de manifiesto la autocracia rusa delante de cuatro banderas tricolor.
Los otros cuatro protagonistas de la ceremonia se ordenaron en dependencia al líder bajo el criterio de la cercanía y ocupando el espacio izquierdo del escenario. El primero en firmar fue el líder prorruso de Donetsk, ocupando la esquina de la mesa de firmas más cercana a Putín, seguido de sus homólogos de Luganski, Zaporiyia y Jersón. Detrás de cada uno de ellos se colocaron las respectivas banderas de sus territorios.
La escenificación de esta ceremonia vuelve a poner de manifiesto cómo la organización de los elementos de la misma, bajo los conocimientos del protocolo y la organización de eventos, dan la fuerza expresiva al acto.
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