Estas 2 instituciones timoneadas desde Washington son vistas como un salvavidas para Castillo. Para él la intervención de la OEA puede ayudarle a domesticar a los fujimoristas y para Bermejo es bueno indisponer a la fiscal Benavides ante la DEA y EEUU.
Muchos "rojos" creen que esta es una táctica más astuta que las del Chapulín Colorado. Sin embargo, el verdadero astuto es Joe Biden, pues sabe que mientras más Castillo se incline a su lado en busca de protección, él más le puede seguir obligando a irse convirtiendo en un incondicional de todas sus políticas.
Para la izquierda latinoamericana, ambas organizaciones siempre han sido percibidas como sus enemigos mortales. Castro denominó a la OEA como "ministerior de colonias de EEUU". En sus 74 años de vida, esta ha avalado el envío de fuerzas represivas o invasoras norteamericanas a Guatemala (1954 y 1967-69), Argentina (1955 y 1972), Cuba (1961), Panamá (1964 y 1989), República Dominicana (1965-66), Granada (1983) y Haití (2004), así como a escuadrones de la muerte en Centroamérica, Colombia, Perú y Argentina, y a todas las tiranías que han azotado a casi toda Latinoamérica. Cuba le acusa de liderar el mayor bloqueo de toda la historia, uno que le ha causado más de $US 150 mil millones en pérdidas. Su actual secretario general Almagro es sindicado en Venezuela y Bolivia de haber impulsado golpes militares en 2019.
Cuba, Venezuela y Nicaragua se han separado de la OEA, mientras que México, Bolivia, Argentina, Chile, Honduras, El Salvador o la Comunidad del Caribe ha mostrado sus distancias hacia este y su predisposición a potenciar frente a esta a la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe (CELAC).
Durante la campaña electoral, Guido Bellido, quien fuera el primer Premier de Castillo, prometió que su Gobierno iba inmediatamente a expulsar a la DEA y la embajada norteamericana, siguiendo los pasos de La Paz. Bolivia reclama que tras ello el narcotráfico cayó y que este se levanta en países (como Colombia, Perú o Afganistán) con fuerte presencia de bases de EEUU.
La mejor forma de evitar un golpe es apelando a la movilización de las masas. Castillo las desmoviliza y ha aceptado tras bambalinas un golpe de EEUU, el cual ha consistido en abandonar todas sus promesas radicales.
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