Muy lejos de Moscú, también abundan revoluciones y fusilados relacionados con el mes de octubre.
Un 8 de Octubre de 1967, se produjo la relampagueante muerte física del Che en La Higuera, ignoto poblado boliviano que aún no llega a dos centenares de habitantes, pero que hoy es un centro turístico de fama mundial gracias a la historia.
La castigada Bolivia, pais al que la humanidad debe disculpas, había sufrido pocas décadas antes una lancinante derrota militar ante Paraguay, en una guerra de cuyas causas invisibles poco hablan los libros de historia. Fue la Guerra del Chaco, en Sudamérica, un subcontinente que al decir de Arnaldo Valdovinos, no era quien para imponer condiciones a su majestad el dólar.
En la guerra del Chaco el Paraguay obtuvo una victoria militar cuyas explicaciones, mas que en la historiografía militar, debería buscarse en un estudio multidisciplinario de Sociólogos, sicólogos, politólogos y exponentes de muchas otras ciencias.
Coincidió esa guerra, una casualidad muy casual, con la Gran Depresión norteamericana que impulsó al capitalismo financiero norteamericano aliado al poder militar y político del norte, el cual buscaba apoderarse de materias primas a través de golpes palaciegos y guerras pequeñas entre patrias pequeñas. Tan malo era el momento para Estados Unidos, que las causas de la guerra del Chaco fueron expuestas con claridad por el Senador Huey Long en el mismo Senado norteamericano.
En octubre fue asesinado el CHE en Bolivia, pero también en ese mes nació en Paraguay un recordado héroe paraguayo que en la guerra del Chaco combatió con mejor fortuna en los mismos parajes del suroeste boliviano; Rafael Franco.
En 1933, Franco protagonizó la mas grande victoria de la historia militar paraguaya, solo comparable con Curupayty, cuando en Campo Vía encerró a dos ejércitos bolivianos comandados por un general alemán al servicio de Bolivia, Hans Kundt. Escribió un historiador paraguayo que en esa fulgurante victoria, como en las guerras de la independencia, fueron barridos de América generales y técnicos europeos en forma aleccionadora.
En el afán militarista boliviano también habían tenido participación un estratega de la guerra relámpago Nazi, Wilhelm Brandt, y el célebre cofundador y comandante en jefe de las SA de Hitler, Ernst Julius Günther Röhm.
Wilhelm Brandt se inspiraría en el avance relámpago hacia Carandayty de Franco, que le tocó sufrir, para su libro sobre la Blietzkrieg, mientras Röhm acabaría según algunos ejecutado por el mismo Hitler en la recordada Noche de los cuchillos largos. Había vuelto desde Bolivia a su Alemania natal para calmar las aguas en la guardia negra del Fuhrer, para encontrarse con la muerte a manos de sus mismos correligionarios el primer día de julio de 1934. Los intereses imperialistas norteamericanos en materia económica, iban de la mano por entonces con los delirios Nazi Fascistas de hegemonía mundial.
También en Octubre, pero del año 1931, en los prolegómenos de la guerra del Chaco, sucedería una masacre de estudiantes paraguayos de triste memoria, frente a la misma Sede de Gobierno. No había pasado aún demasiado tiempo desde que el 13 de abril de 1919, soldados del ejército británico al mando del general Reginald Dyer, fusilaran en la ciudad india de Amritsar a una multitud de miles de personas desarmadas, incluidos niños y también mujeres, que se reunían para un festival de año nuevo. La India era por entonces una colonia británica, habitada por los condenados de la tierra.
Fue viviendo ese tiempo y con esos escuadrones que un 23 de Octubre de 1931, estudiantes que protestaban exigiendo la defensa de la integridad territorial del Paraguay, fueron ametrallados por represores al servicio del imperio de turno, precisamente el británico, que en Paraguay movía los hilos desde Buenos Aires.
Algunas calles y lugares públicos de Paraguay todavía pretenden recordar aquellos luctuosos sucesos cuya responsabilidad, recordada de manera intermitente, aún es posible entrever. El primer ministro británico David Cameron visitó Amritsar en 2013 y calificó los hechos de "profundamente vergonzosos", aunque a pesar de la petición del Partido Laborista británico, la India no ha recibido hasta hoy una disculpa formal. En Paraguay, la homóloga masacre del 23 de Octubre de 1931, basada en su ejemplo, ni siguiera es aún considerada vergonzosa por quienes se consideran herederos ideológicos de aquel crimen.
Deberían los historiadores que aún no han recapacitado, recordar la frase de un célebre filosofo de perdurable impronta en la historia universal: La vergüenza es un sentimiento revolucionario. LAW
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