Los pensamientos me invaden como cometas de arena, deseo que se terminen ya todos ellos, pero son fuertes aunque parezcan débiles, son mi memoria, mi tortura que no siente compasión de mí. Y yo los acepto. Quieren que caiga al abismo y me lastime, que fracase de nuevo. Me estropean algunos días en que deseo sonreír y olvidarlos, pero sé... que todo tiene su fin y algún día tendrán que refugiarse en una habitación sin luz, sin nadie a quien perseguir. Me llenará la luz solar, luz que nunca se ha marchado permitiéndome resistir las inclemencias del tiempo, las noches sin estrellas y la locura.
Rodaré mi película con la luz del sol en la cara, única, verdadera, natural y sincera. Noble y buena compañera, la que me mantuvo en pie y me cantaba hermosas melodías, la que me permitió ver hermosos paisajes, la que me dejó disfrutar del quehacer diario en casa, con mis gatos, que cual terapeutas impidieron que tuviese que calmarme con insanas pastillas.
Sigo buscando a mi pajarito que voló y que creo murió un día de nieve, le pido perdón, le pido una señal, le pido a Dios que le tenga a su lado.
Cometas de arena que sueños de plástico, papel y lata son. Cometa que morirá algún día y no falta demasiado, cuando eso suceda todo se llenará de flores y no tendré por donde andar, me tiraré en una cama en la playa para contemplar el cielo y entonces, podré dar gracias: por haber tenido cometas en mi camino que me enseñaron a ser lo que soy, por haber tenido a mis felinos, que fueron como hijos... Quiero que los recuerdos se acaben como un ser que envejece, como el final de la tarde violeta, como cuando desaparece el alba dejando el cielo todo azul, como el final de una dura tormenta, un difícil examen, de una oración rezada a la fuerza.
Mi próxima visita será la luz solar, fuerte y encantadora, única e inmortal. Luz perpetua que da cobijo y paz.
Hay que cambiar el chip y acabar de llenar el disco duro de buenos sentimientos, tener más archivos, fotos, vídeos y tirar a la papelera lo inservible, lo repetido, lo absurdo. Ser positivos porque en la vida hay lecciones y en ocasiones nosotros damos alguna. Cambiar la oscuridad por la luz natural y sonreír cada día, debe ser nuestro propósito. Y debo dejar de escribir también, porque ya está bien.
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