El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que ordenara el cese de la campaña aérea que Washington cree que Rusia está ejecutando contra la oposición siria en la conversación telefónica que ambos han mantenido en las últimas horas y en la que acordaron fortalecer su cooperación para garantizar la marcha del proceso de paz en Siria.
La Casa Blanca ha confirmado el diálogo entre ambos líderes horas después de que el Kremlin anunciara la conversación, en la que los dos han coincidido, según la versión ofrecida por el Gobierno estadounidense, en iniciar lo antes posible el cese de hostilidades en virtud de lo acordado esta semana en la ciudad de Múnich.
Además, Obama ha subrayado ante el presidente ruso la necesidad de poner en marcha de manera inmediata los planes para la entrada de ayuda humanitaria a las localidades sirias bajo asedio de las fuerzas del presidente sirio, Bashar Al Assad.
Previamente, el Kremlin informó de que ambos interlocutores, realizaron "una valoración positiva de los resultados de la reunión del Grupo Internacional en Múnich y confirmaron los principios y disposiciones de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU, tanto en cuanto a los aspectos humanitarios y para el desarrollo de modalidades para el alto el fuego, como para el impulso de un verdadero proceso político (en Siria.
En otro orden de temas, Putin y Obama también conversaron sobre la evolución del acuerdo de alto el fuego firmado en Minsk (Bielorrusia) al conflicto del este de Ucrania. En este sentido, y según la Casa Blanca, Obama insistió en que las fuerzas separatistas ucranianas, que cuentan con apoyo ruso, deben seguir adhiriéndose al protocolo de paz.
UNA NUEVA "GUERRA FRÍA" La llamada ha tenido lugar después de la escalada de acusaciones y desmentidos de ayer sobre la campaña rusa en Siria durante la Conferencia Internacional de Seguridad en Múnich entre Estados Unidos, Francia y Rusia.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y el primer ministro francés, Manuel Valls, acusaron a Rusia de bombardear a la "oposición legítima" al presidente sirio Bashar al Assad, así como a la población civil; declaraciones que el primer ministro de Rusia, Dimitri Medvedev, rechazó por completo.
"Simplemente es mentira. No hay pruebas de que estemos bombardeando civiles aunque todos nos acusen de hacerlo", lamentó Medvedev desde la Conferencia de Seguridad, solo minutos después de que Valls realizara esta acusación desde el mismo estrado.
Después, y ya más relajados, el secretario de Estado norteamericano y su homólogo ruso, Sergei Lavrov, abrieron el camino sobre una posible cooperación entre ambos países en materia humanitaria y militar en Siria, según ha revelado la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
"Las partes han subrayado especialmente la necesidad de establecer lazos de cooperación entre los militares, algo que ya se acordó en el marco del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, además de hablar sobre los pasos concretos a dar para poner esto en práctica", explicó Zajárova, según recoge la agencia de noticias rusa Sputnik.
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