El consumo de alcohol, si no se realiza de manera moderada, puede tener graves consecuencias para la salud. Si, además, la persona es diabética, su efecto provoca altos grados de embriaguez incluso cuando el consumo se produce en pequeñas dosis y mezclado con comida. Esta es una de las principales conclusiones del estudio en el que ha participado Vanessa Moscardó, miembro del GREENIUS Research Group de VIU-Universidad Internacional de Valencia.
El estudio se realizó con un grupo homogéneo de pacientes con diabetes tipo 1 a los que se les administró comida con la misma composición nutricional, unas veces con cerveza sin alcohol y, otras, con cerveza con pequeñas proporciones de alcohol en función del peso de la persona. Después de analizar múltiples parámetros metabólicos en intervalos de 30 minutos, los investigadores detectaron que el incremento de la tasa de alcohol era más elevado en los pacientes diabéticos, respecto al resto de la población.
“Con ese trabajo hemos demostrado que la ingesta de aproximadamente 1,5 pintas de cerveza de grado alcohólico medio alto disminuye significativamente el PH plasmático, es decir, la glucosa en sangre después de comer, y podría contribuir a la hiperglucemia postprandial tardía, aumentando con ello la resistencia a la insulina”, apunta Vanesa Moscardó, investigadora que ha participado en esta investigación y pertenece a GREENIUS Research Group de VIU.
Además, esta investigación ha permitido calcular procesos de acción de las distintas hormonas compensatorias respecto a diversas dietas que pueden llevar los pacientes diabéticos. “Se ha demostrado que aumentar el contenido de proteínas en una comida con alto contenido de hidratos de carbono (≈100 g) da lugar a un ligero aumento de las concentraciones de glucosa en sangre postprandial tardía y un menor riesgo de hipoglucemia”, apunta. Todo ello, comparado con una comida con la misma cantidad de hidratos, pero con menos proteínas y grasas.
Estas conclusiones refuerzan las recomendaciones sanitarias de llevar una dieta equilibrada y sin consumo de alcohol, sobre todo en pacientes con distintos trastornos metabólicos, como los diabéticos.
En esta investigación han participado también los doctores Paolo Rosetti y Agustín Ramos, del servicio de Endocrinología del Hospital Francesc de Borja, y los doctores Julián Díaz y Manuel Boronat, del servicio de Laboratorio de Análisis Clínicos del mismo hospital. Asimismo, han colaborado especialistas del hospital de la Ribera y del ámbito universitario como son la doctora Alia García, de Endocrinología del hospital de La Ribera, y Jorge Bondia, del Instituto Universitario de Automática e Informática Industrial de la Universitat Politècnica de València.
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