Tierra de luz refulgente, de sierra y mar hermanados, paisajes privilegiados y patria de buenas gentes.
Pueblos serranos, hermosos, de pinos acariciantes, de veranos refrescantes y de inviernos generosos.
Costa de un sol inaudito, de clima dulcificado, y un mar sereno y callado “Mare Nostrum” infinito.
Playas, jardines, pinares: un lujo para el viajero, que le deja prisionero y esclavo de tus lugares.
Marbella, Torremolinos, Vélez-Málaga, Estepona, Torre del Mar, Archidona: bellezas en tus caminos.
De tu capital descuella la belleza y armonía, por ello con bizarría te denominan “La Bella”.
Tus habitantes modelos de andaluces portentosos, satisfechos y orgullosos, de su tierra y sus anhelos.
Mujeres insuperables de ojos profundos y bellos, que proyectan sus destellos con mohínes adorables.
Hombres justos y sentidos, capaces y laboriosos, sinceros y generosos, respetados y queridos.
Trabajo constante y serio como siempre entrelazado, con la gallardía y agrado de personas con criterio.
Jovialidad desbordante por toda tu geografía, refugio de la alegría de la diversión y el cante.
Malagueñas y verdiales, bulerías y seguidillas, completan las maravillas de tus noches estivales.
Como colofón quisiera de manera concluyente, glosar acertadamente algo que te definiera:
Málaga... ¡Perla Marina! elegida de los mares, hasta que vuelva a tus lares, ¡Te retengo en mi retina!
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