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​Activistas asaltan el centro de Valencia para visibilizar el holocausto animal

La mafia de la trata de animales, ganaderos, vivisectores, tratantes y verdugos de todo pelaje, invisibilizan sus crímenes
Ángel Padilla
jueves, 15 de diciembre de 2022, 09:21 h (CET)

Foto para siglo xxi buena


Es un acto ya realizado durante algunos años por los activistas de los derechos de los animales: el uso de pcs personales, en buen número, sostenidos por los brazos de los activistas en plena calle, los ordenadores mostrando vídeos que la gente no quiere ver: de mataderos, de vacas colgadas de una pata siendo descuartizadas aún conscientes, de cerdos con máquinas introducidos en bidones de agua hirviente para escaldar los pelitos de su carne (que no gustan al consumidor); todo aquello que en los lugares de sufrimiento y muerte animal de animales destinados a la alimentación humana no vegana, así como de lugares como los laboratorios de vivisección, donde sádicos que, bajo el marco legal de la ciencia (sádica) juegan con miles y miles, y millones y millones, de animales, para justificar que se "experimenta", que se "avanza", y no se hace. Sólo se usa el pretexto de que se trabaja con animales no humanos para mantener un negocio de trata de animales con el que el capital mundial crece y vive. La trata de humanos y no humanos está, pareja casi con la mafia de la droga, en aquello que nutre el grueso y oscuro capitalismo que está destruyendo la tierra, en abstracto y desde cada consumidor y sus hechos y pasos.


Todo esto se protesta mostrando la realidad de esos lugares donde los animales padecen por culpa no de los matarifes, vivisectores, trabajadores de circos o de zoos, sino por culpa de la Demanda, de todo aquel que con su conducta, por acción u omisión, perpetúa este infierno inconcebible, no comprensible con alguien que posea un dedo de corazón y medio dedo de frente.


La mafia de la trata de animales, ganaderos, vivisectores, tratantes y verdugos de todo pelaje, invisibilizan sus crímenes, hacen como que no existen; los lugares de torturas siempre están alejados de los núcleos urbanos o, sencillamente, dentro de edificios bunkerizados de aspecto extraño, serio y no identificable con nada, muchas veces en alas de claustros universitarios.


De la muestra de estas imágenes en plena calle y que la gente no quiere ver, estas muestras se pueden hacer en hilera los manifestantes o en forma de cubo -forma muy común de mostrar los ordenadores en marcha las imágenes de horror animal-. Sobre lo dicho, celebro que en Valencia se produjo uno de estos actos comunales de mostrar la verdad a la gente que pasea por la calle sin esperar lo que se le viene encima, sin aviso previo, ante sus narices lo que coloquialmente siempre dice que evita: "yo no quiero ver eso, no quiero saber cómo los matan, me da pena. Me los como, pero no me hables de lo que pasa con ellos, prefiero ni saberlo ni mucho menos verlo".


Así, el pasado Día de los derechos de los animales, un año más, el colectivo antiespecista Valencia Animal Save, nos comentan: "organizó una performance en la céntrica plaza de la virgen de Valencia desde las 17:00 dando voz a todas las especies con gran afluencia de gente simbolizando las diferentes formas de sufrimiento animal. Cientos de personas vieron la realidad de los animales, uniéndose algunas de ellas a la acción, a destacar dos adolescentes de 15 y 17 años que se unieron al grupo de la protesta tras hablar con una de las personas voluntarias que les explicó cómo llevar un estilo de vida más compasivo.


Nos cuenta el Colectivo antiespecista Valencia Animal Save que "Cada año alrededor de 280.000 perros y gatos son abandonados cada año en España, y algunas asociaciones estiman que 50.000 de estos son perros utilizados para la caza.


España es el tercer país de la UE que más experimenta con animales, destinando más de 700.000 animales al año, siendo el 56% ratones y al menos 800 perros.


Solo en la Comunidad Valenciana, cientos de toros son víctimas en las plazas, casi medio millón de animales mueren en nuestros montes a manos de los cazadores y muchos otros en la industria peletera. Asimismo, más de 900 millones de animales son sacrificados cada año en los mataderos de nuestro país, y en cuanto a los animales marinos, la cifra es incontable.


El grupo de activistas participó esa misma mañana frente al oceanográfico en contra del cautiverio y explotación animal que supone mantener animales marinos que recorren miles de kilómetros al día en cubículos enanos cerrados por gruesos cristales.


Animal Save Valencia indica que "La concienciación social respecto a los animales está progresando, pero hemos de continuar trabajando para poner fin al sufrimiento que padecen la mayoría de animales. La performance que se ha realizado consiste en representar las diferentes formas en las que la sociedad y la industria es responsable de violar los derechos de los animales, para intentar abrir los ojos de la sociedad a esta realidad.


Por ello, la performance consistió en montar una mesa con dos comensales a los lados y adornos navideños, con dos pantallas (donde se muestra la realidad que sufren los animales para llegar a la mesa de quienes consumen productos de origen animal) y luego había gente representando las diferentes opresiones con simplemente un cartel con una imagen, pantalla o mensaje y personas en el suelo con máscaras de animal representando las víctimas cuyos derechos han sido eliminados."

Culminan diciendo que se cubrieron los ojos y las bocas los activistas para representar cómo la sociedad y la industria silencian y no miran, no desean ni lo harán, la verdad que es clara como un día de sol y que palpita en las naves de animales hacinados y en los mataderos, que, como se ha dicho, se ocultan de las miradas y de los debates.


Mientras hayan mataderos habrá guerras. En esa lucha por visibilizar la raíz de todos los problemas, el holocausto animal, transitan los activistas de esta asociación que es internacional. El veganismo, incidir en la liberación animal, son los objetivos que unen sus actos para cambiar el mundo, para que sea posible un mañana. No un mañana perfecto (eso nunca será), pero al menos que haya una posibilidad de que quienes nazcan después de nosotros, y aquellos que vengan después de nuestros sucesores, por fin puedan avanzar en el fin de un mundo donde domina todo el humano de una forma insoportablemente cruel y estúpida, donde todo pueda llegar a cambiar de verdad. Al menos, aunque las injusticias humanas prosigan entre los humanos, de humanos a humanos, que el antropocentrismo haya sido abolido, aplastado, denostado como la falsedad y estafa que es; y los animales no humanos puedan nacer en sus hábitats sin ser molestados, como ha sido desde hace siglos y es hasta ahora, por los humanos, la enfermedad más grande de esta tierra.

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