Satisfechos en su ambiente conviven los animales, con costumbres ancestrales que aprecian profundamente.
Buscan diligentemente con amor y con paciencia, gran sacrificio y sapiencia, (lo mismo en llanos que en cumbres) inculcarle sus costumbres a toda su descendencia.
Pero corren malos vientos en las selvas más cercanas, pues hay fieras que se afanan en provocar sufrimientos.
Son animales violentos surgidos de un terremoto que viven del alboroto del engaño y del pillaje; su intención es que el ramaje quede totalmente roto.
Y son estas alimañas las que quieren imponer, la manera de comer ramas, nueces o castañas; cómo andar por las montañas y hasta elegir compañía.
Incluso llegará el día, si a tiempo no se remedia, que terminará en tragedia lo que hoy es armonía.
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