Científicos de las universidades de Granada y Cádiz han descubierto los mecanismos que relacionan la diabetes con un mayor riesgo de sufrir alzhéimer, un hallazgo clave para combatir este tipo de demencia.
Según informaron este lunes los centros universitarios, la diabetes favorece las formas solubles del beta amiloide, que son especialmente tóxicas y dañinas para el tejido neuronal. Este hallazgo científico relaciona dicha enfermedad con el alzhéimer, según un estudio en el que han participado las investigadoras de la Universidad de Cádiz, Mónica García Alloza y María Vargas Soria, junto con el profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada, Juan José Ramos Rodríguez.
La descripción del proceso de depósito del péptido beta amiloide en el modelo combinado de la enfermedad de Alzheimer y diabetes ofrece una nueva diana terapéutica sobre la que trabajar para ralentizar o prevenir el desarrollo de esta demencia. Esta es una de las principales vías a explorar en el futuro, indicaron los investigadores.
En los últimos años, se ha identificado la diabetes y prediabetes como un factor de riesgo para padecer demencia, pero los mecanismos que median esta relación no son del todo conocidos. Este trabajo esclarece una de las vías por las que la diabetes mellitus tipo 2 o su fase previa, la prediabetes, contribuyen al deterioro cognitivo y aceleran el progreso de la enfermedad de Alzheimer. El estudio describe una nueva evolución de la patología beta amiloide en enfermos de alzhéimer que además sufren prediabetes o diabetes tipo 2.
La novedad de los resultados obtenidos se basa en la detección de una progresión distinta de la patología beta amiloide cuando solo se sufre la enfermedad de Alzheimer y otra evolución cuando se padece esta demencia unida a diabetes tipo 2 o prediabetes.
En el modelo combinado, se observa un mayor acúmulo del péptido beta amiloide a nivel vascular, lo que se conoce como angiopatía beta-amiloide. Además, la diabetes favorece las formas solubles del péptido beta amiloide, las más tóxicas y dañinas para el tejido neuronal.
Dicha modificación de la patología beta-amiloide aumenta el estrés oxidativo a nivel neuronal y vascular. Todo ello facilita la rotura de los vasos sanguíneos a nivel cerebral y potencia la muerte neuronal típica de la enfermedad de Alzheimer.
|