La maestra JAYA CHOUDHURY, nació en Calcuta, India en el año 1971. Estudió comercio en la universidad. En la actualidad enseña el idioma español en la universidad SNU y The School of languages, RKM. Tradujo del castellano al bengalí y del bengalí al castellano 19 libros de poesía, relatos, dramas y novelas. Entre los autores que se destacan están; Gabriela Mistral, Nicanor Parra, Mario Vargas llosa, Juan Rulfo, Julio Cortázar, Juan Manuel Marcos, Gladys Mercedes Acevedo y varios otros literatos del mundo hispano. Ha escrito dos libros de poesía y una novela. Ha ganado algunos premios importantes de la Bangla Academi Lila Roy Samman, Rewa, Shabder Michil entre otros. En su tiempo libre y días de ocio toca el Sitar.
La poesía de la maestra JAYA CHOUDHURY es un canto al amor, un encuentro con la ternura y las cosas inevitables. Ella crea y recrea frente a nosotros; imágenes hermosas que nos hacen cuestionarnos, lo sensible que somos ante la adversidad, lo difícil que es el camino hacia un mañana lleno de dolor, pero también, nos invita en sus versos a reencontrarnos aunque estemos, en una atmósfera de cotidianidad que nos esté devorando. Entonces, la poeta, con su mano puesta en el corazón nos dice:
Palabras propias Jaya Choudhury (India) I Se mantiene todo en el baño La confluencia, la corriente y la lágrima Fuego haciendo el Yajña, la ofrenda quemada O el confesionario en soledad.
La autora, sabe del incalculable valor que tiene la vida, pero también, se asume y reconoce que, la muerte en algún momento dado nos esperará para cumplir así, con un ciclo interminable pero necesario en la humanidad. Entonces, ella nos dice:
II Algunos fallecimientos provocan un dolor tácito Algunas marchas me interrumpen bruscamente En medio de la carretera Vivo tan cerca de la muerte como el chocolate pringoso Así los fallecimientos cotidianos manifiestan la gloria de la muerte.
Nos reinventamos en el día a día, el tiempo es corto, pero de alguna manera, justo y necesario con quienes encuentran belleza y ternura en las batallas del cavilar diario. La maestra, nos invita a seguir en la lectura y nos dice:
III Ya sé que no tendremos un tiempo privado Todo lo nuestro es público Incluso entonces las cosas que vienen en el sueño Por todo eso pienso yo que mi vida no es un fracaso.
Volvemos a nosotros cuando estamos completamente rotos, aunque en algunas ocasiones, decidimos encontrar a alguien o algo, quizá una metáfora que nos acompañe, una foto o un recuerdo que nos ayude a sanar algunas heridas y reconfigurar lo que está vaciando nuestra vida. La lectura, sigue siendo hermosa y la autora nos dice: IV Para charlar te necesito Hablar necesita un oído Como un conductor arregla la dirección derecha o izquierda del peatón Eso significa que el amor no es alguno sino todo El coche y su confiable manejo, embrague o freno Me hablo setenta mil veces un día y al agotarme Te demando como mi testigo del hablar Sé que es una idea egoísta y Que tú no crees en el amor es perfectamente correcto Aun esperas para alguna otra Si crees en el amor o no, debes creer en el hábito Si no, ¿cómo amanece el sol cada día? Para finalizar, la poeta nos invita a navegar muy en lo profundo de nuestras pasiones, nos da un duro y sincero recorrido, por aquello, por lo que debemos seguir luchando:
V Para tener la alegría sin obstáculos Saltamos al mar del dolor eterno
Le llamo como al amor puro.
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