La gran Madre me envuelve, está en todas partes, en cada poro, grano de arena, éter que atraviesa todo. Todo lo anima, lo inspira, lo mantiene en armonía y lo potencia. Natura me alimenta –nos alimenta– de sus frutos, vientre de barro y fuego.
Abuela Madre, escudo protector de asteroides, meteoritos; savia del elote, flujo de fuerzas telúricas, canto de hadas y ánima de duendes, gnomos y silfos. Sonrisa en forma de primavera, verdor, recordatorio de que la vida es un llamado a la esperanza. Misterio aparente, protección afable, inspiración, fuente inagotable. Madre amorosa que se entrega sin condiciones, sin recato pese a las agresiones y a la supina ignorancia que desconecta, duerme y ciega.
Toda madre ama sin límite / cede la vida en bien de la prole / así Natura la da por todos / pese a ingratos que en contra están. / Natura nos ha cantado / nos ha cobijado desde antaño / ha abierto sus misterios a los osados / y ha templado los corazones. / Madre al fin da tesoros a manos llenas / nutre hasta el cansancio a tontos y locos / y en el misterio bioquímico de siempre / los rayos trocan polvo en germen. / Ella tiene infinidad de vestidos: / el rojo incesante baña desiertos, / con el blanco gélido oculta mundos, / mas si el gris vence al amado verde / resistencia opone y el latido sigue. / En telaraña infinita une mentes / trasciende a los seres humanos / teje una y otra vez por siempre / con hilo de plata que funde reinos: / mineral, vegetal, animal, / vegetal, animal, mineral; / animal, mineral, vegetal, / y con pizca mística sazona / porque lo que anima no debe faltar. / Interconexiones de lenguas extrañas / sonidos callados a oídos humanos / cantos profundos llaman a más, / a más que reconozcan su origen / que puedan hablar con madre Natura / que fundan su médula con ella / y el pacto de vida se sellará. / Renovada la alianza habrá Luz / y los corazones se renovarán / unidos estamos todos / solo basta con despertar. (Mater Natura. APR. 2012)
Inteligencia que trasciende con mucho a la colectiva, suma y multiplicación al infinito de procesos.
Sistema de sistemas amoroso. La consciencia devorándose a sí misma.
Me fui despojando de todo, / arranqué la costra del nosotros, / los huesos de la carne, / los apegos del yo, / me disolví en el mar cósmico... / la LUZ se hizo en mí. / Reconocí en la infinitud / la carga íntima / del aporte peculiar / para reconstruir a témpore. / Disolverse, / concentrarse, / expandirse, / contraerse, / detonar sin fin. / Libre de conceptos, / de definiciones, / de formalismos, / descubrir el ser / en la intimidad secreta / de la gnosis mística y quimérica. / La LUZ se hizo en mí, / yo moro en ella / y ella en mí.
La Abuela Madre lo envuelve todo. En ella confío. Nada me faltará.
Dijo en cierta ocasión Albert Camus que «la tragedia de la vejez no es que seamos viejos, sino que seamos jóvenes. Dentro de este cuerpo envejecido hay un corazón curioso, hambriento, lleno de deseo como en la juventud». Quizá, esta frase del escritor, de origen argelino, sea una estupenda expresión para vislumbrar el enfoque de la novela de Domenico Starnone, El viejo en el mar.
«El ecologismo seguirá siendo una estafa mientras no integre el veganismo en su discurso contra el calentamiento global». Este fue el mensaje medular que trasladaron al público asistente a la presentación del libro de Ángel Padilla “Los hijos de Romeo y Julieta” los actores en el evento, la cantante vegana Verito Monetta, la bailaora vegana Sandra “La Madueño”, la portavoz en Valencia del colectivo “Rebeldes indignadas” Rosa Más González y el propio Ángel Padilla.