Si bien la intensidad dañina de la pandemia del Corona Virus ha mermado, lo grave aún persiste por lo que cabe atender cabalmente las medidas de prevención y de higiene, para no quedar expuesto junto a su familia, ya que ahí la cosa seria peor y muy crítica. Unidos con fraternidad podemos superar este trance. Por lo que pretendo contribuir, que ese compromiso sea realidad en pro de su salud y por qué no, de su vida.
Dado que las prevenciones de salud y más la cuarentena, mucho tensionan y causan stress, espero que la lectura de anécdotas simpáticas, jocosas y agradables, contribuyan al bienestar y a la felicidad. La buena lectura ayuda a superar las vicisitudes del pavor que conllevan las noticias que nos llegan todos los días de muchos países, en que se ha asentado el Corona Virus. La cosa se mantiene aún en paises altamente desarrollados. En China actualmente el asunto es alarmante, noticias nos vienen con imágenes crudas donde han tenido que incinerar los cadáveres en las calles al no dar abasto los hospitales para incinerarlos.
Amigos lectores, de ahí que he decidido retomar anécdotas clásicas contenidas en el apreciable libro: “Anécdotas y relatos chinandeganos” de Nicaragua, cuya autoría es de nuestro finado tío, el Doctor Hugo Astacio Cabrera, quien sabiamente afirmó: <En medio de lo serio y aun de lo trágico, hay que reír, como medio de mejorar y prolongar la vida. “Hay que suspirar para no ahogarse”, aconseja un aforismo oriental, cuando nos asfixia la angustia. “Y reír para animarnos” agrega Paul de Saint Víctor, al comentar las Comedias de Aristófanes”. El reír es tan humano que nos es característico>.
La tecnología y el estar en casa resguardándose, ha hecho variar los medios y las formas de comunicación, y en el caso de nosotros, no somos la excepción. Muchos días muy “juntitos al pie del cañón” con mi amada esposa, las conversaciones sociales vía Whatsapp son abiertas y colectivas.
--- “Pues te confirmo con Hugo mi amado esposo que tanto me ama, nunca he discutido.
--- ¡Qué bien! ¿Ni siquiera cuando él tiene la razón?
--- ¡No!Y eso debe ser porque eso,nunca ha sucedido”.
Por considerar ser conceptualmente de carácter genérico aplicables en cualquier país, a continuación les doy a conocer una anécdota, del anecdotario chinandegano.
"Clara y enérgica contestación”
Cuando fue gerente de la Casa Griffith mi recordado amigo Ernesto Cerna, recibió una carta del respectivo de la Casa Vassalli, en la que le atribuía intervención sobre tres puntos mal venidos y le pedía explicación sobre ellos. Ernesto, se disgustó.
—Ve, —le dijo a su secretario— le voy a contestar enérgicamente a este señor para que no me ande enviando esta clase de misiva. Tomá la máquina que te voy a dictar. ¡Empecemos!
"Corinto, 7 de agosto de 1951. (Aparte). Señor Gerente de la Casa Vassalli y Cía. Ltd. (Aparte) Ciudad. (Aparte) Muy, señor mío: (Aparte) Recibí su comunicación del 5 de los corrientes en la que me pide aclaración sobre tres puntos en que Ud. supone que la Casa Griffith ha tenido intervención. (Aparte). Paso a contestarle uno por uno de la siguiente manera (Aparte).
—Ve, —prosiguió Ernesto con su secretario— hay que ser fuerte con este señor.
—Ajá —dijo aquél.
—A la primera pregunta me le contestas muy claro: ¡ra ra ra!. A la segunda, bien tajante: ¡ra ra ra! Y a la tercera, en forma semejante: ¡ra ra ra!. ¡Para que sepa quiénes somos nosotros!
—Alístala —concluyó— que ya regreso en la tarde para firmarla.
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