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​Poema 'Un barco', del poemario «La Bella Revolución»

Poesía
Ángel Padilla
sábado, 11 de febrero de 2023, 12:19 h (CET)

Este poema pertenece a la sección "Cantos para Iratxe", del poemario "La Bella Revolución". Fue recogido en la antología de ecopoesía "Naturaleza poética", editada por La Imprenta en 2022.


Barco para siglo xxi


Un barco

ocupa todo lo que se ve como cuando

tu madre te besaba de pequeño

entra deslizándose y zarandeándose como

por aguas

en los pueblos

viejas maderas, las brilla el sol, derribando,

las gigantes velas hinchadas por un viento

sus mástiles de siglos heridos, rompen

hasta las nubes

un trueno fragoroso y mundial

es todo su paso

y gritan dentro arriba

de él, los marineros, los mecánicos, los

obispos

de las flores,

como si, vivo, el barco, obedeciera

un gato negro de ojos amarillos

queda ileso entre altas escombreras y sonríe

al barco, detengámoslo

es un óleo

andemos

por el lugar

para ahora el navío ya ha llegado a una gran

ciudad

atravesando hundiendo vías de tren postes

de la luz

atardeceres fábricas asfalto

está

están

todos los que lo comandan

detenidos

en distintas posturas de acción

dos señalan al sol

otra estira sogas de un mástil

esa mujer

tiene el pelo cubierto de aves,

una emprende el vuelo, un albatros

un búho real

una niña

el pelo del primer bisonte nacido

toda la nave

está construida de pelo

sus constructoras

son antiguas

campos de margaritas, blanquísimas,

margaritería por el mundo,

que no pare

que avanza

las avenidas le quedan siempre estrechas

quilla y quilla va quebrando fachadas

ruidosamente

el cielo sube un tanto

a cada momento

para que pase

como un caballo nacido

No es que crezca

es que Es conforme lo requieren los lugares

Lo que sí

banderas blancas enormes cosidas por

María

liberada

golpea toda puerta con sus recias maderas,

la abre,

derruye muros donde sabemos hay prisión

No hay lona de circo, laboratorio de

vivisección,

remolque de camión de circo que no se vea


abierto, variado

amigo

a veces

para que tú salgas de la oscuridad

hay que hablarte con fuerza

recuerdas

ese día que te hice llorar?

Cuál fue tu enfado

No había valle que yo no viera feo a tu

mirada

En la mañana, me dijiste Gracias

Va

llegando

surcando y rompiendo fronteras de las

naciones

poco a poco al mar

barco con mástiles de tallo

las ciudades, se bañarán con sangre

y sueños,

si una mente

sufre dolor pero siente por una vez y para

siempre

la libertad

ese dolor no existe

Barco llamado Sonrisa

No tiene capitán

es un viejo de larga barba pelirroja

que se decía anarquista

y que abandonó la empresa aún en puerto

Tengo un campito

decía

no puedo desatenderlo cada mañana,

me da tomates cada tanto

y cebollas

y, bueno,

también de cuando en cuando pasa Belén

y me saluda

una chica demasiado joven para mí,

ya veis,

yo como si hubiera vivido toda la etapa del

mundo


los marineros, el barco partió vacío, sólo

con una

que tenía cara muy sonrosada,

aroma maravilloso,

se fueron sumando desde las azoteas de los

suicidas

las nubes más tormentosas siempre dan

paso a


Horizontes

Horizontes

Horizontes


Caos, pero el cartero, avanzando cojo con la

pierna rota y la

gorra del color de un piano sonando

entrará sangrante

a la Iglesia

dale la carta al cura: “Salga de aquí,

aquí ya no hay nada”,

al solitario que sujeta un rifle apoyado en su

ventana:

“nada es lo que defiendes, no apuntes,

pavos reales, galgos, corriendo entre los

cascotes,

cisnes, agosto, gritos de madres buscando a

sus hijos,

no

dispares


algunos animales ya llegando a zonas de

vegetación

incontables,

Un elefante muerto atropellado entre dos

vehículos, con la

cabeza y los colmillos hacia arriba

Maite zaitut


el firmamento como un tejido de colores,

cuajado de pájaros

liberados


Sale el director de la capital del mundo

washington

director del hospital más grande del huerto

y se hace marinero

animales azules

truenos azules bufando entre escombros y

polvos

azules tigres

azul la sangre


no dispares


el hombre apostado en su ventana sonríe,

su rifle no tenía balas

es de los nuestros, dice un marinero desde

arriba del barco que

ya ha vuelto al índigo mar

que agita sus briznas con una intensidad de

no nombrado

de dicha y paz nunca vista


tú, Iratxe, avanzas descalza hacia el río y

bebes de su limpia

agua con las palmas


se aproxima un niño sujetando un gato en

brazos


se ven por las montañas animales y

humanos

trigo, trigo, trigo, trigo, ámanos

perdónanos

retórnanos la inocencia


ederra

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