No, no estamos en Marruecos, Rusia o Kenia u otros países, en los que la pena de muerte se practica en los casos determinados por sus leyes. Esta fue abolida oficialmente en España en 1985, salvo en casos de guerra que se establecen en el Código militar, como traición, rebelión militar, espionaje, sabotaje o crímenes de guerra. En realidad, este crimen aborrecible e innominable de asesinar infantes, se viene practicando desde hace, por lo menos, 35 años, con algunas limitaciones, pero hace 13 años el PP interpuso ante el Tribunal Constitucional un recurso contra esta inicua ley de Zapatero del 2010, que ha sido desestimado por este, respaldando y sancionando el crimen legal contra las criaturas más indefensas e inermes que existen: los nonatos. Horrible y detestable asesinato por la indefensión de los que lo padecen. En el artículo 15 de nuestra Constitución se expone, con toda claridad y sin necesidad de torticeros subterfugios ni torcidas interpretaciones, lo siguiente: Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Entendemos y consideramos que cuando se dice: “todos”, se refiere a los seres humanos desde el momento de su concepción, pero, por si hubiese alguna duda, tomaremos las palabras del Dr. Ricardo Cruz Coke en su trabajo: “Fundamentos genéticos del comienzo de la vida humana”: “La idea que la concepción es un acto que procrea a un ser, es muy antigua y está claramente definida en los Diccionarios de la Academia de la Lengua en el siglo XVIII. En 1868 se definía el vocablo concepción como: "Unión de los materiales suministrados por ambos sexos en el acto generativo para la procreación de un nuevo ser". El fruto de esta concepción se llama feto, y su definición en los diccionarios en 1790 y 1803 es: "Lo que la hembra de cualquier animal concibe y tiene en su vientre". En esa época se considera que el verbo concebir es: "Hacerse preñada la hembra", de manera tal que lo que lleva toda hembra preñadas en su vientre es un nuevo ser. La Ontología es el estudio del ser en general, y en sus propiedades, de forma tal que el ser es tal desde el mismo momento de su concepción. Cuando hablamos de lo humanos, estos comienzan a ser seres desde el mismo momento de su concepción, como hemos dicho, por lo que es una aberración o fruto de una pérfida ignorancia supina negar que el feto, desde el mismo momento de su formación, no es un ser humano en etapa de crecimiento dentro del seno materno. En cierta ocasión, la indefinible Bibiana Aído llegó a decir: “los embriones son seres vivos que no pertenecen a ninguna especie determinada”. Cómo podemos considerar esta manifestación, ¿Cómo ignorancia supina, o propósito de mala fe para confundir a personas incautas ypoco avisadas? ¿Entonces a qué especie pertenecen. A la de loa batracios acaso? Caso que si así fuese, estos también son seres vivos. El bioético de la Vida de la Universidad Católica de Valencia, Justo Aznar, dice: “hay argumentos sólidos biológicos, que no ideológicos, para decir que desde la fecundación hay vida hay un ser vivo de nuestra especie…”. Steven Jacobs, investigador de la Universidad de Chicago tras las respuestas a encuestas realizados entre cientos de biólogos concluye que nueve de cada diez de los encuestados están de acuerdo en que la vida humana comienza con la concepción. Está demostrado científicamente que las células, órganos corporales, sistemas y tejidos del feto no se forman durante etapa fetal, sino que ya se han formado previamente cuando este era un embrión, y en este periodo de la gestación lo que ocurre es que la criatura crece y se desarrolla en el útero materno. No soy biólogo, ni me muevo dentro del campo de la embrionaria, mis conocimientos son de otro tipo, pero pondré un ejemplo que, quizá pueda parecer un poco pedestre, pero pienso que sí inteligible para nos no iniciados en Biología. Un labriego siembra su campo con trigo, entre cuyos cotiledones, se encuentra el embrión que es una planta en miniatura formada por un corto eje embrionario unido a una o dos “hojas” llamadas cotiledones, según está aceptado entre los agrónomos. Su esperanza es que, con el devenir del tiempo, pueda segar las espigas o frutos de la semillas que introdujo en le tierra. Creo que cualquier Ingeniero Agrónomo podrá dar por buena esta aseveración pues es lo que otros del mismo ramo exponen. Me pregunto ¿el embrión de una planta es distinto al de los seres humanos, estos no darán lugar a una nueva planta, es decir una criatura nueva? En el embrión de los humanos ¿no existe el principio de vida que llegará a su plenitud, pasado el tiempo de la gestación, al igual que en las plantas? A todos los proabortistas les pregunto: ¿Qué hubiese sido de vosotros si vuestra madre os hubiera asesinado cuando estabais en su vientre?
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