En el año 2010 el indescriptible e inefable Zapatero, sancionó y puso en práctica la ley sobre el aborto, también conocida como la ley de plazos que fue inmediatamente recurrida por el PP.
Entendemos que esta actitud de rechazo hacia la mencionada ley correspondería al programa de dicho partido y al deseo, no solo de sus militantes, sino también al de sus votantes que no aceptan el asesinato de un no nato en el vientre de su madre. Bien, hasta aquí todo perfecto, una ley que va en contra de las convicciones y principios de quienes lo votan, ha de ser rechazada de plano, precisamente, por esta ideología que no admite que quede impune el crimen de matar a una criatura humana, y que además sea legal cometerlo. Trece años ha tardado el Constitucional en pronunciar su dictamen que ha sido favorable a que el aborto sea practicable, o sea, a la mencionada ley. Por mucho que los proabortistas digan lo contrario, está admitido por muy ilustres científicos, enumerarlos sería una pérdida de tiempo, que la vida no solo humana sino de cualquier animal placentario, comienza en el momento de su concepción. Los animales placentarios son los que inician su vida y la desarrollan en el útero de la madre, es así que el ser humano se desarrolla en el útero de su madre, luego es un animal placentario y su vida se inicia desde el momento de su concepción. Silogismo que no admite controversia. Yendo al asunto que nos interesa, el P. P. recurrió dicha ley porque consideraba entonces que era anticonstitucional y no se debería poner en práctica, sin embargo, tras el reciente fallo del Tribunal Constitucional considerándola conforme a la Constitución, Feijoo ha declarado: “Mi opinión es que una ley de plazos bien construida es una ley correcta en términos generales, es constitucional y es un planteamiento que merece mis respetos”. Si esta ley merece sus respetos, pocos le tendrán a este hombre veleta sus posibles votantes. ¿Cuándo tenía razón el P. P., antes al recurrir la ley o ahora dándola por buena? Exponemos a continuación el artículo de la Constitución que habla sobre los derechos de los seres humanos: Artículo 15: Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra. La criatura que habita durante su desarrollo dentro del seno materno, según, hemos dicho, avalan los científicos que conocen los embriones humanos desde su concepción hasta su nacimiento, dicen que es un ser vivo en evolución hasta que logre su plenitud al salir del cuerpo de la gestante y salga del vientre de esta, por lo tanto está amparada por el artículo referido, y el aborto es una pena de muerte que padece el no nato. Feijoo, al aceptar lo sancionado por el Tribunal Constitucional ha traicionado a sus votantes y simpatizantes. La traición, según el DIRAE, es la falta de verdad en lo que se dice, hace, o cree, piensa o discurre. La traición, según el mismo, es la falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener. Su étimo es la palabra latina traditio, que equivale, en español, a rendición o traición. El verbo trado, en Latín es vender o hacer traición, traditor, derivado de este, en Latín, tiene el mismo significado que la palabra traidor en hispano. El engaño, según el mismo diccionario es: Falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre. Vuelvo a preguntar ¿Cuándo tiene razón el P. P., al recurrir la ley o ahora al aceptarla? ¿Cuándo ha traicionado y engañado a sus votantes y simpatizantes, con el recurso o con la aceptación? Creo que el presidente de ese partido no ha medido bien las consecuencias que puede acarrearle ese giro de ciento ochenta grados. Posiblemente lo pague en las próximas elecciones y el fin que persigue de echar a Pedro Sánchez del Gobierno no lo consiga. A los españoles no se les engaña impunemente.
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