En los últimos tiempos, se están prodigando expresiones nada comunes en el devenir lingüístico español. Creo que obedece, a que la actual clase gobernante, autodenominada progresista, la usa para sus embusteros parlamentoscon el fin de confundir a todo el mundo.
Hace unos días el déspota de La Moncloa, ante diputados y senadores socialistas,volvió a defender la ley del “solo sí es si” diciendo que era una “buena ley” que supone un avance en derechos de las mujeres, pero que era de “sentido común” reformarla por haber producido “efectos indeseables” “y me quedo corto”. ¡Se puede ser más caradura! Vamos a ver, plagiador de tesis y libros: los efectos indeseados que reconoce que han existido en esta ley, también se han producido (para perjuicio de todos los españoles) en “todas y cada una” de las trapisondas protagonizadas por el gobierno que usted preside, que se encuentra totalmente presionado por comunistas, separatistas, antimonárquicos, simpatizantes de Eta, antiespañoles e indocumentados varios, que está llevando a España a la mayor ruina moral y económica.
Ha de saber también, que los actos indeseados (que son -a la vez- indeseables), no se producen cuando quienes gobiernan, si son decentes, estudian con rigor las normas que pretenden imponer a los gobernados, previendo todos los pros y contras (para eliminar efectos indeseados) y, dejando la arrogancia a un lado, escuchan a la oposición, a las instituciones consultivas (que para eso están) y a los expertos independientes que tienen mucho que decir al respecto.
Porque no puede olvidar que España es una democracia (ahora en peligro) y se tiene que regir por las normas universales de esta forma de hacer política. Para dictadores y dictaduras, el mundo ya sufre demasiado con los Maduro, Ortega, Putin, Castillo, Xi Jinping, Kim Jong-un y así hasta completar los 32 cabecillas que mangonean a muchos millones de habitantes que carecen de los más fundamentales derechos.
Déjese de promesas falsas y, por favor, ¡prepare sus maletas!
|