Una conspiración para usurpar la representatividad popular causó revuelo en el mundillo político y ciudadano de Paraguay, cuando un grupo se tomó la atribución de decidir excluir de un debate político a la mayoría de los líderes que presentaron su candidatura a la presidencia de esta república.
Un autodenominado “Comité de Debate Presidencial”, integrado por Dende (Desarrollo en Democracia) y otras entidades, suspendió el debate marcado para dos fechas de abril, por negarse a incluir a más de dos candidatos, evidenciando un curioso concepto democrático.
Un escritor paraguayo describía en clave de humor a estos “organizadores” como usurpadores que se autodenominan “sociedad civil”, eternos vividores de la embajada norteamericana de Asunción, instalados en las llamadas ONG, cuyos miembros se eligen a sí mismos y que, con tan débil respaldo popular, reclaman la totalidad de la representación social y por ende, funciones, derechos y privilegios que corresponden a entidades legítimas.
Esta historia conocida agrava el hecho de que varios integrantes del “Comité” resultaron ser activistas y dirigentes del bando aglutinado por el Partido Liberal paraguayo. Puntualmente, el organizador Raùl Ayala Diarte, apoya abiertamente la candidatura liberal.
Otra cabeza visible es Santiago Llano Cavina, vinculado a la familia propietaria del medio cuyos periodistas apoyan la misma candidatura arriba señalada.
La contradicción es mayor si se considera que el mismo grupo ya había organizado un debate presidencial en el año 2013, ocasión en la que invitó a cuatro candidatos: Miguel Carrizosa, Mario Ferreiro, Efraín Alegre y Horacio Cartes.
“Pedí un debate en el que participen al menos los cuatro candidatos mejor posicionados. No hay por qué ocultarlos ni temerlos” expresó en un mensaje difundido a través de sus redes el candidato oficialista Santiago Peña.
El candidato presidencial Euclides Acevedo y su compañero de fórmula Jorge Querey, expresaron también su disconformidad por el debate selectivo, y expresaron estar dispuestos a presentarse a debatir.
“La primera crítica rotunda que hago es sobre los organizadores; es decir, ¿por qué razón ellos interpretan que hay solo dos candidatos que pueden participar del debate? Con esto se produce una evidente falta de igualdad de oportunidades, generando un sectarismo que tiene un direccionamiento determinado, con lo que ya pierde credibilidad”, criticó el senador Hugo Richer.
Los organizadores del debate ”no tienen altura moral” para decidir quién puede participar afirmó por su parte el candidato presidencial José Luis Chilavert. El ex senador Paraguayo Cubas expresó que no le importa ser ignorado por estos organizadores que pertenecen a un minúsculo grupo que ni siquiera va a votar, y que responde al doble partidismo, en un país donde históricamente existe un mayoritario tercer espacio que nunca vota a los dos partidos tradicionales.
En 1936 el tercer espacio en Paraguay fue inaugurado por la irrupción de una tercera fuerza política liderada por el Coronel Rafael Franco y los ex combatientes de la guerra del Chaco, que gobernó entre febrero de 1936 y agosto de 1937 por primera vez, y entre junio de 1946 y enero de 1947 por segunda vez.
En 1992 el candidato del tercer espacio Guillermo Caballero Vargas obtuvo un tercio de los votos, y otro tanto lo hizo el candidato Pedro Fadul en las elecciones del año 2003. En el 2008 el obispo Fernando Lugo ganó las elecciones por su gran aceptación dentro de ese tercer espacio, y lo demuestra la urgencia con la cual el partido Liberal busca su apoyo durante la presente campaña proselitista.
Todo lo expuesto nos indica que el polémico debate presidencial frustrado solo fue un fallido intento de manipulación periodística y control de la mente pública por medio de filtros. Como lo expresa el lingüista Noam Chomsky, “la forma inteligente de mantener a la gente pasiva y obediente es limitar estrictamente el espectro de opiniones aceptables, pero permitir un debate muy animado dentro de ese espectro».
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