Pasada ya la Pascua de Resurrección, llega el momento de las realidades terrenas y es la hora de dejar en el lugar que le corresponde a los sucios personajes catalanes que, a la postre, viven espléndidamente del presupuesto español. Quiero dejar muy claro, que esa basura alcanza a un porcentaje muy bajo de los habitantes de Cataluña, pero que es -casualmente- la que suele estar al frente de las instituciones, ya sean deportivas, culturales o políticas, cuyas corrupciones conocemos (y sufrimos) el resto de los españoles, entre los que están la gran mayoría de los catalanes.
En esta ocasión me refiero a un tipo llamado Antonio Soler Guasch (de TV3) que se ha permitido cachondearse de Andalucía, de los andaluces y del peculiar acento con que hablamos el español (más bello y noble que el catalán) y de nuestras ancestrales creencias religiosas.
Pues voy a contestar a este cretino como en su día lo hice con el sinvergüenza Pujol que menospreciaba a los andaluces mientras (él, su familia y amigos) robaban a manos llenas, y todavía no ha pagado por ello. Lo hago con la convicción de que no es necesario atacar, pero es obligatorio defenderse de los ataques injustificados.
Mire, despreciable Soler, no le llamo señor porque el señorío es algo tan noble que no le llega a tipos como Vd. Pero, además, ni usted, ni nadie en Cataluña, ni en el mundo entero, tiene derecho a ofender a uno de los pueblos más nobles y trabajadores del panorama mundial. Y de los más cultos. Lo que ocurre es que usted, con su gran miopía y cobarde chabacanería, se cree inteligente pero es un verdadero palurdo con mala leche. Y un repugnante lameculos, más inculto que la mayoría de los habitantes de nuestra pujante Andalucía. Cuando un tipo tan mezquino como usted hace mofa de alguien que no le ha ofendido, es porque -en su nadería- tiene pocas cosas interesantes que comunicar. Y se ampara en un “supuesto humor” (de estercolero, diría yo) para demostrar su zafiedad y entretener y adoctrinar a separatistas que sin España estarían en la indigencia. Porque sin el empuje económico que los andaluces (a quienes Vd. llama charnegos) han dado (y siguen dando) a Cataluña en los últimos años, las cosas le irían mucho peor.
Yo creo que Vd. solo sabe odiar y siente la misma aversión por los musulmanes que por los católicos, lo que ocurre es que con su rastrera cobardía, sabe que los católicos nunca atacarán. Pero eso no quiere decir que ante seres de su calaña debamos callar. Para su tranquilidad debo decirle que no siento odio por Vd., pero sí me produce repulsión.
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