La muestra, obra de José C. Sanz Belloso, arquitecto, artista plástico autodidacta y divulgador de jardinería histórica, que ha contado con el asesoramiento científico del botánico Ramón Morales, se puede visitar en el Real Jardín Botánico-CSIC desde este viernes 14 de abril hasta el 15 de mayo en el Invernadero de los Bonsáis con entrada libre.
La similitud entre la escritura a mano y las ramificaciones de muchas plantas no es fruto de la casualidad. Cuando tomamos un bolígrafo, un rotulador o una pluma estilográfica y nos disponemos con cualquiera de ellos a escribir un texto no lo hacemos de manera muy diferente al desarrollo de algunas plantas como las trepadoras, las tapizantes o las rastreras, con sus movimientos de circumnutación, como explicó Charles Darwin en un trabajo pionero del siglo XIX.
La evolución humana, por lo que a la escritura y el dibujo se refiere, ha estado vinculada siempre a la propia evolución vegetal, al margen de estar unidas una y otra a otros aspectos comunes de interés. Copistas, escribanos, amanuenses, calígrafos y otros dibujantes de letras, signos, pictogramas y caracteres gráficos lo han confirmado y demostrado a lo largo de la historia.
La exposición Escritura vegetal de José C. Sanz Belloso, que a partir de este viernes 14 de abril por la tarde se puede visitar en la sala Invernadero de los Bonsáis del Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) confirma esa estrecha relación. Los dibujos que el visitante podrá ver nos remiten a la escritura tradicional, en concreto, a la medieval y moderna en España, como la de escribanos en documentos procesales, y que se compara con imágenes fotográficas de plantas trepadoras y otros materiales gráficos.
Se observa que participan de un «lenguaje gráfico-vegetal» análogo. En la muestra se pueden ver materiales relacionados como: diferentes útiles de escritura y papeles con origen vegetal, copias de escritos legales y otros antiguos, cartillas de dibujo de plantas, partituras musicales, láminas de herbarios, libros y otras piezas que configuran un mundo híbrido ‘escritural’ y vegetal. Como explica su autor, “la combinación de objetos y documentos perturban las miradas y ocasionan divertimentos, que pueden remitir a cierta poesía visual”.
Un sugerente panorama plástico y epigráfico
“Se abre un panorama sugerente con aspectos plásticos, epigráficos, y sobre todo referidos a las artes y ciencias de la escritura y de la botánica, ésta en algunos de sus aspectos más estimulantes. Por todo ello, se puede encuadrar la exposición dentro de un proyecto experimental”, señala José C. Sanz Belloso que ha contado con el asesoramiento científico del botánico Ramón Morales.
“Se dan referencias científicas de numerosas plantas, con sus características y usos poco conocidos, y con aplicaciones para fabricar útiles, tintas y soportes de escritura. Las escrituras están dibujadas -toda escritura manual es dibujo-, y junto con todos los dibujos se han realizado como si hubiesen sido tejidos, hilados o bordados, engarzando y entrelazando trazos y signos, con plumas estilográficas y plumillas, y con tintas chinas, caligráficas y estilográficas, cálamos de bambú, pinceles y otros útiles contemporáneos”, añade Sanz Belloso.
La exposición estará abierta al público hasta el lunes 15 de mayo y la entrada a la misma es gratuita previo abono del correspondiente acceso al Real Jardín Botánico. Durante el mes de abril la muestra se puede visitar desde las diez de la mañana a las siete y media de tarde, y durante mayo estará abierta una hora más, hasta las ocho y media de la tarde.
Más sobre el artista
Licenciado en Arquitectura, José C. Sanz Belloso ha intervenido en diferentes proyectos de remodelaciones de espacios públicos, en restauración arquitectónica, ingeniería hidráulica y jardinería histórica, con contenidos y enfoques medio ambientales, patrimoniales y culturales. Ha coordinado la restauración de El Bosque de Béjar, desde 2003 hasta 2021, de otros jardines históricos y ha trazado diversos contemporáneos. Dibuja de forma asidua ya en sus primeros recuerdos infantiles. En los últimos once años ha iniciado estudios en diferentes campos, junto con exposiciones de dibujo, ligados todos al jardín y al paisaje, con varias publicaciones recogidas en su web.
Practica el grabado, la fotografía y la caligrafía dentro de un proyecto creativo integral, que comprende la jardinería, el paisajismo y el diseño de espacios públicos. A esto suma, complementariamente, la investigación en los entornos del «vegetal» con su divulgación en varios medios escritos y digitales, como manifestaciones caleidoscópicas, de una propuesta personal, deudora de sus maestros, colaboradores e informantes, que se inscribe y participa de una larga tradición.
En su opinión, en su dibujo se están abordando algunas preocupaciones no solo intelectuales, sino derivadas de estudios sobre escritura y la botánica en el jardín y el paisaje. La constante vegetal todo lo referencia y relaciona, en una línea de obras gráficas y fotografías denominada “escritura vegetal”. El grabado, arte difícil, del que solo se es siempre un principiante, aporta gratificaciones y retos, no siempre logrados, queriendo desentrañar lo extraño de la transferencia entre soportes rígidos, “atacados y significados” sobre diferentes papeles.
Asegura haber cumplido “uno de mis sueños más íntimos, como es el llegar a estar en y con el Real Jardín Botánico de Madrid y sus habitantes”.
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